lunes, 12 de marzo de 2012


La tragedia de la vida


La escena es recurrente, la cámara hace un acercamiento a la sala de una casa que podría ser la de cualquiera de nosotros, ahí sentada en el sillón frente al fulgor que emite el televisor se encuentra Margarita con una cara de preocupación que claramente nos indica que algo terrible acaba de suceder nuestro primer pensamiento al verla fue el suponer que estaba viendo algún noticiero, ya saben últimamente solo buenas noticias por todas partes del mundo, de ser así seguramente sucedió algo devastador ¿un nuevo terremoto, tsunami o huracán? O estarán pasando una nota sobre la pobreza e injusticia que viven los niños de un lejano continente, solo algo así podría justificar el rostro de dolor que tiene Margarita sobre sus hombros; intrigados acercamos aún más la cámara a esa sala para ponernos casi al lado de ella en el sillón y ver directamente la terrible noticia que aqueja la vida de Margarita; los sorprendidos ahora somos nosotros la terrible noticia que hunde su mundo en tinieblas es el hecho de que Francisco Damian el joven y apuesto galán de su novela favorita acaba de engañar a Susana Daniela, la inocente, pura y casta ama de llaves quién esta perdidamente enamorada de él con Verónica Carolina, la malvada y frívola perra que solo vive para hacerle la vida imposible a la sirvienta, ¿Cómo puede ser tan insensible y tan débil Francisco Damián? ¿Qué acaso no ve que esta lastimando a Susana Daniela? Y ¿Qué demonios le pasa a Verónica Carolina, acaso no le bastan sus millones de pesos para ser feliz y dejar a los demás en paz? ¿Por qué es tan mala?
Preguntas que a cualquiera le parecerían estúpidas y de lo más intrascendentes pero que rigen los pensamientos de Margarita y la asaltan a toda hora del día, mientras camina por la calle y hasta en sus sueños espera y siente que cada minuto es un alfiler que atenta contra el globo de su paciencia esperando la hora en que comienza un nuevo capitulo de su novela para que poco a poco los “sagaces” escritores respondan una a una sus preguntas y pueda por fin con la boda de la muchacha buena y pobre y el muchacho guapo y rico descansar en paz, por lo menos durante el fin de semana que tarda en comenzar la nueva telenovela que se ve que estará buenísima, aunque todos sepamos que la historia será la misma y lo único que cambia son los actores que interpretan los papeles de la buena, la mala y el guapo en discordia.
El pasatiempo de entretenerse con una telenovela es ancestral aquí en Urbania, tanto que hay toda una cultura y ritual alrededor de el y como todo pasatiempo, no se le puede criticar es una forma que tienen las personas de gastar su vida y por lo tanto es muy respetable, pero ¿que sucede cuando personas como Margarita que crecieron viendo estas historias todos los días de su vida, trasladan esos dramas a la vida cotidiana? Lo que sucede mis amigos es que tenemos una nueva tribu urbana que tiene mentalidad de telenovela y creen firmemente en que la vida es tal cual como se las pintan en estas series, cosa que afecta directamente a todas las personas y entornos que tengan que ver con esta creatura dramática y fatalista.
Para no movernos del sillón por decirlo de alguna manera sigamos con Margarita que es una mujer que tiene a su esposo y a un niño de 10 años que acude diariamente a la escuela, desde que era joven (no es que ya no lo sea pero esta en la delgada línea de dejar de serlo) soñaba con que algún día llegaría a la cenaduría en la que trabajaba junto con su mamá ese hombre guapo y distinguido que la sacaría de su miseria y se la llevaría a vivir a su mansión, obviamente estaba más que dispuesta a enfrentar a cuanta amiga, hermanastra o tía malvada se interpusiera entre su amor y el de su adorado salvador y aunque no lo crean llego el día en que Salvador se presento en la cenaduría, si, Salvador Gómez su ahora esposo que en ese entonces era un muchacho muy trabajador que ayudaba en un taller de carpintería y que contra todos los pronósticos gano el corazón de la protagonista de esta novela, no por guapo aunque no les negare que a Margarita si le gustaba, con todo y ese bigote desaliñado que siempre portaba orgullosamente, la verdad es que Margarita comenzó a darle oportunidad de salir con ella gracias a una “novedosa” telenovela que comenzó a ver en esos días en la que un giro inesperado llevo a la protagonista a casarse con el muchacho humilde que siempre la había amado a pesar de todo; y es que deben entender que todas las decisiones que ha tomado Margarita en los últimos años han sido basadas en las protagonistas de sus novelas o a consecuencia de ellas, como su precipitada boda con Salvador después de enterarse que aquella romántica noche de pasión en la que se le entrego como la heroína en turno a la que admiraba trajo como consecuencia un embarazo no planeado, afortunadamente antes de que tomara la decisión de irse de la ciudad a algún pueblo desconocido (como lo había hecho una vieja de la novela que vio el año pasado y donde esperaba terminar como dueña de una antigua hacienda después de casarse con el terrateniente) Salvador tomo las riendas de la situación y arreglo todo para la boda.
La novela de Margarita comenzó realmente al casarse con un hombre que no era su sueño dorado y que al contrario de ella, aborrecía las novelas y veía la vida de frente, siempre preocupado por los gastos, siempre al pendiente de su familia, a Margarita le parecía que vivía en un infierno y es que ¿cuándo han visto a una protagonista que no sufra?
Su estúpida afición de pensar que llevaba la vida de una víctima la llevo a pensar en varias ocasiones que su esposo la engañaba, en repetidas ocasiones sin mas fundamento que un pequeño retraso en la hora habitual de llegada Salvador era recibido por una esposa bañada en lagrimas suplicándole por la verdad, pidiéndole que le dijera con quién la estaba engañando y que motivo era el que lo había llevado a hacerlo, dramas de este tipo tenía que aguantar constantemente Salvador quién no veía novelas pero sin saberlo protagonizaba una de la vida real.
En otra ocasión y cosa que obviamente nunca le contó ni le contará a su marido, Margarita tuvo una aventura con un amigo de Salvador (si también lo hizo la pobre y ya no tan virginal protagonista de su novela), situación que le provoco primero un tremendo susto al tener un retraso en la llegada de “esos días” y después una tremenda infección ya se imaginaran en que parte de su cuerpo que tuvo que ocultar con inexistentes dolores de cabeza y cansancio constante ante su esposo para finalmente dejarle una cruda moral que le amargo la existencia un poquito mas de lo que ya la tenía.
Toda su vida se veía afectada por su mentalidad, cualquier obstáculo que se atravesaba en su vida era motivo para pensar en una conspiración en su contra, estaba segura de que su jefa estaba celosa de ella y junto con algunas compañeras de trabajo hacían lo imposible para ponerle trabas, “sabía” que la maestra de su niño quería seducir a su esposo y por eso no le permitía asistir a ninguna reunión escolar, vive con la esperanza de que se ganaran la lotería o recibirán un aumento repentino en sus percepciones para salir de la pobreza en la que viven actualmente, aunque en realidad pertenezcan a la clase media y no les haga falta nada.
Cada retraso en la llegada de alguna persona da pie a pensar en tragedias, solo es cuestión de sentarse al lado del teléfono a esperar la llamada del hospital dando la terrible noticia y cada que algo no ocurre como debería ocurrir en las novelas es una frustración que deriva en mal humor y pleitos por toda la casa.
Margarita es un ejemplar de una especie que ha sido creada culturalmente en Urbania a lo largo de los años, esta especie pasa de generación en generación su mentalidad y tienen como guía para basarse a las telenovelas, dictaron a sus abuelas como actuar y ahora dictan a ellas y dictaran a sus hijos el comportamiento a seguir en la sociedad.
Ya hemos hablado constantemente de la educación en Urbania y una vez más es aquí la causa del problema, el permitir que la principal educadora de las generaciones futuras sea la televisión es un error cada vez más constante que arroja como resultado la creación de especies dañinas como la que representa Margarita, el vivir con una mentalidad de telenovela solo nos puede conducir a un final trágico y no a una boda que solucione todos los problemas.
Si lo analizamos un poco todos los problemas de la ciudad se basan en uno solo, la falta de educación, gracias a esa falta de educación se nos olvida el ser exigentes con lo que consumimos, nos conformamos con ver, comer y consumir basura y al final nos convertimos en parte de esa basura y si no me creen contéstenme esta pregunta ¿Hace cuanto se caso el primer guapo y rico con la primer pobre, buena y casta en la televisión? Después de 23,456,282 bodas la formula sigue funcionando y Margarita sigue pegada al sillón con su cara de preocupación. Nos vemos en la calle.



Agente 07
Jugando al Gran Hermano con los bichos de Urbania

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