De colores
La vida a colores es mejor, por
lo menos así reza la frase hay gente que jura que un mundo sin colores sería
falto de alegría, no existiría la creatividad y caeríamos en una fatal rutina
que a la larga nos llevaría a formar una fila y esperar el turno para
aventarnos de un precipicio. Eso es lo que hemos escuchado de los pensadores
positivistas, visto en películas y hasta en caricaturas, pero según una
investigación realizada por el Centro de Colorimetría de Urbania hay muchos
puntos en estas afirmaciones que se pueden discutir, comenzando por el hecho
comprobado de que la mayoría de nosotros tenemos esa fatídica rutina y si algún
día se formara esa línea para caída libre ahí estaríamos religiosamente
formados y esperando el turno (maravillosa metáfora de la vida). Ahora si nos
ponemos a hablar de creatividad basta con ver los comentarios de los críticos
de cine que se vuelven locos cuando a algún director se le ocurre filmar un
fragmento de su película en blanco y negro, ya no se diga si la película es en
su totalidad filmada en este formato y si no me creen revisen las últimas
premiaciones del Oscar.
Pero esos son puntos obvios e
intrascendentes de simple reflexión que un chango en la jungla podría deducir
después de un rato de masticar bananas. El problema que en realidad nos ocupa
en esta entrega es un poco más de fondo, tiene que ver con la forma en que los
colores, bajo ciertas circunstancias y periodos de tiempo, nos arruinan
completamente la vida.
Seguramente mas de alguno me
tachara de amargado y negativo y tal vez tengan algo de razón pero antes de
juzgarme de loco y fatalista denle una leída a estos casos extraídos como
siempre de un arduo trabajo de investigación y observación de la fauna. Y saben
podría extender ejemplos hasta el infinito, desde la preferencia de los colores
de un equipo de fútbol hasta esa discusión que tiene todo recién casado (que no
vive en casa ajena) sobre el color que se aplicará en los muros y espacios de
su nueva vivienda, todas estas diferencias por pequeñas que parezcan crean en
los que se ven involucrados un malestar que se puede comparar con la sensación
de asfixia testicular, en otras palabras es bastante desagradable. Pero hay en
este mundo de color mis queridos amigos una discusión central, fundamental y universal
que nos afecta a todos aunque no estemos involucrados y sin importar la clase
social a la que pertenezcamos, y me refiero a cuando los animales de esta
ciudad (espero sinceramente que no pase lo mismo en las suyas) toman pintura
con un dedo y cruzan su corazón con los colores de su partido político; es
importante antes de entrar en detalles y ofender sensibilidades aclarar que no
estamos en contra de la diversidad política (ni de ningún tipo) y que somos
concientes de que un sistema democrático es lo que mas se acerca a la justicia
por lo menos en el nivel de civilización que manejamos actualmente, aunque en
lo personal esta última afirmación me ha hecho dudar muchísimo últimamente ya
que para que un sistema democrático como el que intentamos tener funcione
correctamente se necesita para empezar que los participantes tengan educación y
sepan evaluar propuestas y para seguir que los candidatos que se postulen para
ser elegidos por el pueblo sean personas preparadas y enteradas de las
necesidades de todas las clases sociales, 2 cosas que se escriben fácil pero
que en Urbania son totalmente utópicas.
Pero estoy divagando, les decía
que en la ciudad cuando es tiempo de que cada animal porte la bandera de sus
colores suceden muchas cosas que afectan a todo el ecosistema, lo primero que
podemos notar claramente es que terminan las relaciones y me refiero a todo
tipo de relaciones, desde las más simples que a la mejor no afectan a nadie
hasta las enormes que nos llevan a todos entre las patas, por ejemplo digamos
que un Senador de cierto color esta apoyando un programa para niños enfermos,
para ponerle emoción digamos que este programa es llevado a cabo por un
organismo de gobierno perteneciente a un color opuesto al que defiende el
Senador, no importa que tan avanzado vaya el beneficio, mucho menos importan
los niños, comienzan a aparecer las sospechas por parte de ambos lados,
pensando que el otro color esta utilizando dicha situación para hacer
proselitismo a su favor, se rompe la relación, termina el programa y los niños
que no tienen ni siquiera edad para decidir ni saber que colores hay en la
política del país quedan sin apoyo una vez más. Quizá es un ejemplo muy dramático
y aún no ven en que les puede afectar a ustedes, ahí les va una mas bajita para
que la analicen.
Todos en la ciudad utilizamos los
botes de basura, las instalaciones de centros recreativos como parques o
auditorios, vemos los vehículos del gobierno trabajando con sus logos y colores
bien rotulados y hasta los uniformes del personal que trabaja por la sociedad,
todo perfectamente combinado con los colores del partido que se encuentre en el
poder. No tengo la menor idea de cuanto dinero se gaste el gobierno de esta
ciudad en pintar cada bote de basura con sus colores, en pintar canchas, bancas
y hasta árboles o en rotular los miles de vehículos que cada día vemos
circulando por las venas de Urbania, es material, son horas hombre, es
combustible que se quema para que la imagen del gobierno en turno se vea
reflejada en cada espacio público, todo hasta aquí perfecto, pero ¿qué pasa si
ese alegre y vistoso color no gana las elecciones? Bueno amigos por si no les
ha tocado en su ciudad les voy a decir lo que pasa, la primera acción del
gobierno entrante es mandar una vez mas a su personal a las calles, armados con
brochas y botes de pintura para pintar todo del nuevo color reinante, me dirán
que están en su derecho y no se los podré negar, pero si consideramos que esto
sucede cada 3 años y si supiéramos la cantidad de dinero que se invierte para cambiar
el color de la ciudad ya no nos sonaría tan lógico este cambio. Esta situación
si nos afecta a todos ya que es dinero que cada 3 años se gastan de nuestros
impuestos.
¿Quieren más? Pónganse a pensar
en las políticas públicas que genera cada color que llega al poder, algunas muy
buenas, otras no tanto pero todas con la idea de funcionar óptimamente a largo
plazo, cosa que muy rara vez se puede apreciar, ya que una vez más si el color
no se queda en el trono va para abajo con todo y sus propuestas y políticas
públicas, las buenas y las malas todas son eliminadas o completamente adaptadas
a otros fines por lo que nunca se llegan a madurar y ahí nos tienen a los
ciudadanos adaptándonos a algo cuando cambia el poder y hay que arrancar de
ceros; ahora nada es absoluto dicen por ahí y supongan ustedes que llega un
nuevo color que esta dispuesto a continuar con un programa exitoso establecido
por el anterior color, esto ya significa un gran avance, lo malo del caso es
que el color entrante mantiene el programa pero corre a todas las personas que
saben operarlo, lo cual nos deja en ceros una vez más, me ha tocado ver escenas
patéticas en las que los beneficiarios les tienen que explicar a los
funcionarios como funciona el programa, háganme el favor.
Lo cierto es que si nos ponemos a
pensar hay millones de ejemplos parecidos a estos que se solucionarían o
simplemente no existirían si el mundo fuera en blanco y negro, pero como ya los
saben el hubiera no existe por lo que se deben buscar soluciones prácticas para
este tipo de problemas, la investigación realizada nos arrojo algunas
propuestas tales como utilizar colores estándar para lugares y servicios
públicos, firmar convenios de continuidad de políticas públicas y fomentar una
carrera de servicio público para personas que demuestren estar preparadas y comprometidas
con la ciudad. Desgraciadamente escribiendo estos nobles ideales me siento peor
que un mitómano regenerado y me vuelve la pregunta a circular la cabeza ¿cómo
sería el mundo si no existieran los colores? ¿En realidad seríamos tan
infelices como lo pintan en las películas? Como reflexión de esta investigación
me queda la idea de que los colores no se mezclan con el poder y cuando se
mezclan traen consigo una serie de eventos desafortunados que desafortunadamente
caen sobre la población en general, otra cosa que me queda clara es que las
personas que tienen el poder solo distinguen eso y no los colores y revisen el
listado de candidatos a ocupar puestos en sus ciudades, les puedo apostar a que
más de 3 candidatos de distintos colores no pertenecían al color que ahora
juran amar con todo su ser. Sobre la pregunta que ronda mi cabeza pues supongo que
nunca sabremos la respuesta lo cierto es que esta investigación me hizo
envidiar un poco a mi perro que según dicen los expertos solo puede ver en
escala de grises, quizá sea ese el motivo por el que siempre se ve tan contento,
tal vez también al igual que todos los demás perros solo vea en escala de poder.
Nos vemos en la calle.
Agente 07
Centro de estudios de Colorimetría
de Urbania
(ningún color fue lastimado en la realización de este
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