Publicando una vida.
La humanidad ha tenido desde sus
inicios una necesidad básica insaciable que la ha llevado a evolucionar su
creatividad y tecnología con miras a satisfacerla de la mejor manera posible y
no amigos, no estoy hablando de la necesidad de frotar sus partes más sensibles
con las de otro ser similar, sino de la necesidad de comunicarse con sus
semejantes (aunque en el fondo sea lo mismo).
Desde la era prehistórica en que
los gruñidos, mordidas, jalones de pelos y garrotazos comenzaron a ser
sustituidos por las pinturas rupestres quedaba claro que la comunicación sería
un impulsor permanente en el avance de las civilizaciones; acompañando a las
pinturas en las cuevas (las cuales aún podemos apreciar en ciertos lugares)
comenzó el desarrollo del lenguaje y a partir de ahí el florecimiento de las
diferentes culturas y la creación de diversas tecnologías de comunicación,
desde los jeroglíficos que podemos encontrar en la mayoría de las
civilizaciones antiguas hasta las señales de humo, las aves mensajeras, la
creación de la tinta, diligencias, botellas flotando en las mareas, maquinas de
escribir, computadoras toda una cadena de evolución que va a la par de la
humanidad siempre cumpliendo esa necesidad básica que tenemos en los genes.
En estos tiempos, hemos llegado a
lo que muchos llaman la perfección en cuanto a comunicación se refiere, la
llegada del Internet y sus pasos de gigante han traído consigo a las redes
sociales, espacio en donde ustedes, nosotros y ellos pueden hacer llegar un
mensaje por más simple que sea a miles de personas alrededor del mundo en un
solo clic. Podemos decir que gracias a estas redes se ha terminado el problema
y las complicaciones que se tenían en otras épocas para comunicar algo a
nuestros conocidos, enemigos, contactos de negocios y seres queridos sin
importar el rincón oscuro en el que se oculten. Sin embargo con la creación de
esta tecnología se ha descubierto una nueva especie que habita en Urbania y que
al igual que los nuevos gusanos descubiertos cada año en los corazones de las
selvas más oscuras aparecen por millares de debajo de cada piedra que se
levanta en el ciberespacio.
Estamos hablando de una especie
de alimaña que tiene el gen de la comunicación súper desarrollado y con esto no
me refiero a que sea un erudito de la información todo lo contrario es un bicho
que se encuentra desesperado por contarnos todo y me refiero a absolutamente
todo lo que acontece en su interesantísima vida; lo primero que deben saber
sobre esta especie es que son fanáticos de las redes sociales, pero no
necesariamente son seres que carezcan de vida social, es lo que los diferencia
de “Los Simuladores” (ver el artículo anterior) fuera de eso son bastante
similares, tienen presencia en todas las redes sociales conocidas por la humanidad
y en todas ellas manejan a una gran cantidad de “amigos” a los que en su vida
han conocido, ni conocerán. Ahora bien se preguntarán ¿cómo puedo identificar a
esta especie de las demás? Bueno amigos lectores es algo muy sencillo, basta
con dar una pequeña mirada a la bandeja de mensajes de su red social favorita a
la hora que sea y el día que sea, así de seguro estoy de que entre sus
contactos ya tienen alguien con estas características, ahí entre todos los
comentarios casi todos son logros obtenidos en algún jueguito, links que
dirigen al video de la canción más cursi del año o comentarios y opiniones
personales sobre algún tema de interés nacional o mundial, pero ahí entre todo
eso podrán leer algo parecido a esto; “estoy en mi casa aburrida” ese tipo de
comentarios son los que estamos buscando, a la mejor piensas “esta bien esta
chica si es sincera porque solo alguien así de aburrida no tendría nada mejor
que publicar que ese comentario”, pero si piensas así estarás en un error,
basta con que abras el perfil de esta persona para que descubras la terrible
verdad; el contador de mensajes publicados en su perfil marca 153,468,912 publicaciones,
sin duda una persona con mucho que decir, el problema es que si le das 5
minutos (o mas bien si los aguantas) de lectura te darás cuenta que su perfil
es más bien un diario minuto a minuto de su vida: “ya es hora de levantarse”,
“un buen baño para comenzar el día”, “que rico desayuno me preparo mi mamá”,
“que frío hace”, “hay mucho tráfico”, “apenas llegue a la oficina”, “el
teléfono no deja de sonar”, “ya me dieron ganas de ir al baño”, “ya regrese
todo salio bien”, “ya me dio hambre”; y así la lista de comentarios es
interminable en los cuales describe todo lo que hace en el día, en serio es
increíble la necesidad de comunicar lo que sucede en su vida que con solo mirar
su perfil te puedes enterar de donde se encuentra a cualquier hora del día y
que es lo que esta haciendo, eso si en verdad te interesa. Obviamente todo
comentario publicado va acompañado de su respectivo guiño o carita que da
énfasis a su sentimiento actual: J, L , :/, (*) (*) y todo su largo etcétera que borran
cualquier duda que pudieras tener, sobre todo cuando su comentario es “que
triste estoy L”
una verdadera patada en las gónadas.
Pero no es la única forma en la
que se puede identificar a este tipo de bichos, como las redes sociales nos dan
la posibilidad de utilizar imágenes hay un subgénero de la especie en cuestión
que se dedica a tomar foto a todo lo que se le atraviesa y acompañarla de sus
agudos comentarios, por ejemplo los que le toman la foto a un platillo que les
acaban de servir y ponen como comentario “mmmm que rico voy a comer” después
toman foto de la taza del baño y ponen como comentario “por comer tanto”
después toman una foto de la ranura de la puerta de su casa y el comentario es
“llegando a mi casita” seguida de la foto del perro con su respectiva anotación
“me extraño mucho” y así sucesivamente, supongo que el día que se mueran alguien
tendrá la instrucción precisa de tomar una foto al ataúd y poner como
comentario “fin de la historia, adiós”.
Ahora estarán pensando que en las
redes sociales como en la vida cada quién puede hacer de su muro (¿era muro?)
un papalote y estaré completamente de acuerdo con ustedes, el problema viene
cuando estos insectos comienzan a etiquetar tu nombre en sus varias
publicaciones y por consiguiente cada vez que alguien opina al respecto a ti te
llega una notificación de que alguien a quien no conoces ni quieres conocer ha
comentado la publicación, foto o video de tu “amiga”, si aunque no lo crean hay
personas que comentan todas las publicaciones por estúpido que esto les pueda
sonar, así por ejemplo al multicitado “que triste estoy L” le responden “hay
amiga yo igual” después “L” después “ya somos 2” finalmente el metiche “¿Por
qué” lo que da pie a que nuestra obsesionada escritora de su vida ponga otro de
sus fabulosos comentarios explicando el porque de su tristeza.
Finalmente pero no menos
importantes vienen los que publican comentarios dedicados a personas que no
tienen perfil en la red social esto si es la cúspide de la cadena de idiotez y
símbolo irrefutable del final de los tiempos, ojo no me refiero a los que hacen
un recordatorio por el aniversario luctuoso de algún personaje histórico u
familiar (aunque están al borde de la delgada línea) sino a los que mandan una
felicitación de cumpleaños a su abuelita cuando la respetable señora no tiene
ni idea de lo que es una computadora, otro comentario que podemos identificar
es “mamá que te mejores te quiero mucho” que lindo mensaje el problema es que
la mamá no tiene modo de enterarse de él ya que no cuenta con un perfil en la
red social, aunque les parezca increíble muchas de las veces que sucede esto la
mamá jamás recibe ni siquiera una llamada de su hija que ya cumplió con
enviarle los buenos deseos vía Facebook, Twister, Google +.
Reflexión a parte es la que viene
a mi cabeza al pensar si en tiempo de los cavernícolas había changos con estas
características, seguramente se llevarían su buen tiempo haciendo dibujitos de
monos comiendo, orinando y rascándose las patas, para el “beneplácito” de sus
compañeros de caverna, o en el caso de las tribus que hacían señales de humo,
no me quiero imaginar la cantidad de incendios forestales que provocaron las ganas
de enviar un mensaje al cielo que dijera “toro sentado tener hambre” o simple y
sencillamente un “aho” (no tengo ni idea de cómo se escribe así que
disculparan.
Haciendo memoria y un poco de
investigación creo que todos hemos caído en esta clasificación alguna vez en
nuestras vidas, el poder que te dan las redes sociales y su realimentación al
recibir comentarios de extraños acerca de asuntos privados en tú vida, supongo
que de alguna manera te hacen sentir importante, lo cierto es que cuando esto
sucede debemos poner los pies en la tierra y recordar que existe la remota
posibilidad de que las personas no estén interesadas en nuestras visitas al baño o en
nuestros problemas con la terrible decisión de que zapatos usar para la rumba
de la noche.
Las redes sociales son sin
dudarlo un poderoso instrumento de comunicación con la capacidad de terminar
dictaduras, provocar pánico global o informar objetivamente lo que esta pasando
en el mundo, la utilidad o estupidez de su contenido ya se imaginarán de quién
depende y como ya lo dije antes cada quién es absolutamente libre de publicar
lo que le de su gana solo un favor si de repente sienten la extrema necesidad
de contarnos la terrible comezón que ataca sin piedad a sus partes nobles, por
favor y por primera vez en sus vidas piénsenlo 2 veces antes de dar ese clic.
Nos vemos en la calle.
Agente 07
Big Brother
involuntario de muchos contactos