jueves, 23 de febrero de 2012



La otra vida.
Les voy a contar un poco de la vida fabulosa de un sujeto al que cualquiera envidiaría, lo primero que les podría mencionar es que este individuo vive a diferencia de ustedes y de mi, en una ciudad idílica, no amigos no es Urbania, ni Venecia, Moscú o Buenos Aires, es una ciudad tan exclusiva que no la encontraran en los mapas comunes, calles limpias, enormes zonas boscosas, sin problemas de tránsito ni grafiti en las paredes y eso que solo hemos hablado de lo más superficial de esta ciudad.
Si aún no sienten ni poquita envidia olvide mencionarles que en las calles tampoco hay baches (creo que con esto queda confirmado que no hablo de sus ciudades) pero dejando atrás un poco la infraestructura les comentare ahora sobre las personas que habitan este paraíso, incluyendo a nuestro protagonista todos los habitantes de este lugar tienen cuerpos atléticos el índice de obesidad es del 0%, olvídense de todas las enfermedades causadas por este mal como diabetes, hipertensión etc. Podemos tranquilamente decir que esta ciudad tiene una población de supermodelos caminando por las calles y a diferencia de las personas que en nuestras ciudades gozan del privilegio de la belleza (de las cuales nos encargaremos mas adelante) todos son amables y sociables no hay discriminación quizá porque en estándares de belleza todos están parejos, por cierto en el aspecto económico los trabajos están a la orden del día y los salarios alcanzan para lo que tal vez ustedes ni siquiera soñarían; en fin la rutina de nuestro amigo es levantarse a correr por las mañanas al parque, en donde después de recorrer 5 kilómetros se entretiene 2 horas para platicar con las espectaculares mujeres que también se ejercitan en ese lugar, regresa a su lujosa casa en los suburbios para darse una ducha y desayunar, después de vestirse con uno de sus muchos trajes caros sube a su automóvil último modelo, del cual solo voy a mencionar que porta un escudo de un caballo galopando al frente del cofre y en menos de 10 minutos de recorrer las perfectas calles de la ciudad lega a su oficina donde ya lo espera su escultural secretaria con la cual tiene una reunión privada durante media hora para después ocuparse de sus muchos asuntos.
Después de 6 horas de arduo trabajo y de darle la correspondiente despedida a su secretaria sube a su lujoso automóvil y se dirige a un bar local donde se reúne con sus igual de exitosos amigos a tomar una cerveza, al final de la noche como cada ocasión en la que visita ese lugar, regresa a su casa acompañado para una sesión de sexo alocado con una mujer de esas que solo ves en la televisión.
Es un día más en el paraíso, en esta ciudad que es tan exclusiva que no cualquiera puede vivir en ella, para ustedes y para mi llegar a tener los lujos de los que goza este sujeto nos costaría lo inimaginable, tendríamos que entrar a algún negocio sucio o de plano tener un golpe de suerte y ganarnos el premio mayor de la lotería, ni hablar amigos hay gente que nace con la suerte de tener una vida fabulosa y otra gente que no.
Pero esta historia, pensaran los que cotidianamente siguen estos reportes, esta completamente fuera de lugar; paren sus envidias porque es precisamente en este punto en el que comienza la otra cara del relato.
Todo este mundo rosa y perfecto que les he descrito con anterioridad existe solo en la pantalla de la computadora personal de un triste insecto llamado Marco, es una de las muchas redes sociales a las que pertenece y en las que puede ser el personaje que le de la gana, las horas sin embargo son reales, le dedica días enteros a esta exitosa vida e invierte dinero (de sus padres) en comprar mejoras para su mundo idílico. Marco entra en una tribu bastante amplia que habita en rincones oscuros de Urbania y a los que hemos llamado “los simuladores” (nada relacionado con cualquier programa chafa que se les haya atravesado alguna vez) este tipo de ermitaños se caracterizan por tener escasa vida social en el mundo real y una activa y exitosa vida en el ciberespacio, pueden llegar a tener miles de “amigos” en sus contactos de redes sociales de los cuales no conocen personalmente a ninguno pero eso sí, saben su historia desde donde nacieron hasta donde pasaron sus últimas vacaciones .
Por ejemplo Marco tiene su perfil en la ya mencionada sociedad ideal, para lo cual paga una anualidad de 500 (pesos, dólares ,rublos) lo cual le permite conocer a las personas que al igual que él pasean virtualmente por las calles imaginarias, pero no es el único perfil que maneja, tiene identidades ficticias en todas y cada una de las redes sociales conocidas por el hombre, en una de ellas es un hombre de negocios de 50 años con problemas familiares en busca de aventuras sexuales con mujeres que estén dispuestas a correr el riesgo, en otro esun apuesto y atlético estudiante de medicina recién llegado a la ciudad que busca nuevas amistades para compartir experiencias (curioso el lenguaje que utilizan en las redes sociales) un perfil más es el de un ácido crítico social que se dedica a ganar seguidores a diestra y siniestra copiando frases que ve en otros lugares o parafraseando a algún periodista que escucho en la televisión, incluso tiene un perfil en el cual es una ardiente joven de 23 años que gusta de publicar fotos atrevidas y recibir piropos sucios de todos sus contactos (maldito enfermo)
Identidades falsas que sirven de escape para enfrentar su realidad y es que si nos ponemos a analizarlo de manera objetiva en esta sociedad elitista es mejor tener un cuerpo atlético que ser un cerdo lleno de grasa y granos en la cara que no es bueno ni para jugar a las canicas; es fácil ser un Don Juan conquistador de solteronas y no un “fenómeno” que lo único que provoca en las mujeres que conoce en el mundo real es lástima y asco; es mejor ser un crítico y pedante ladrón de frases provocativas que ser el objeto de críticas y burlas en cualquier lugar en el que te aparezcas y finalmente ¿no preferirían ustedes ser una ardiente mujer de 23 años que…? Bueno creo que ahí si se paso de la raya.
Lo cierto es que mientras sus perfiles en la Internet se vuelven cada vez mas populares su propia identidad desaparece, junto con la línea de su culo que separa las nalgas y que comienzan a ser parte de su aplastada silla en laque pasa horas sentado mientras socializa con personas que al igual que él aparentan ser algo totalmente opuesto a lo que realmente son, pero ¿quién puede culpar a estos seres? en realidad todos estamos en busca de un escape a nuestras distintas realidades, personas como Marco lógicamente escapan de lo obvio, una sociedad que es fanática de las revistas y de la televisión barata y que tiene como modelos a seguir a mujeres y hombres sin cerebro pero con cuerpos esculturales, eso es lo que buscan los Simuladores en sus mundos virtuales y lo consiguen siempre con creces de tal manera que pasan a ser una extensión de su máquina y toda su vida social se basa en conversaciones de chats y fotos falsas enviadas a extraños del otro lado del mundo, encuentran el ansiado éxito social y pasan a ser personas aceptadas por lo menos en sus mundos privados, pero tenemos al hombre promedio casado con una mujer hermosa y con hijos perfectos y bien portados que de repente se levanta un día de la cama fastidiado de su vida y culpando a su dios por toda la mala suerte que le ha tocado vivir y entonces entra en una fase de simulación real; comienza a buscar esa ciudad ideal en la que puede olvidar todos sus problemas, deja a un lado a su mujer y a sus hijos y se lanza por ese sueño, al final lo único que consigue es un divorcio y la destrucción de su familia, la verdad es que nadie esta contento con lo que tiene, basta con ver a los esposos de las mujeres que vemos en televisión y por las que venderíamos nuestras almas al diablo para tenerlas aunque fuera una noche en nuestras camas, engañándolas con la modesta y nada espectacular mujer que limpia sus casas o atiende sus mesas en los restaurantes a los que acuden.
Finalmente después de investigar a esta sub especie de rincones oscuros de la ciudad llegamos a la conclusión de que son entre todas u vida de mentiras un reflejo sincero de lo que hacemos todos a escondidas, quizá los únicos valientes aunque sea por los motivos equivocados de presentar su verdadero rostro de inconformidad ante la sociedad por medio de su cibernética red de mentiras, todos somos simuladores de alguna u otra manera y definitivamente lo que nos lleva a buscar estos escapes es el tedio, la rutina y la inconformidad en algún aspecto de nuestras vidas, ¿se han puesto a pensar que es lo que les molesta a ustedes? Deberían hacerlo antes de que se encuentren pegados a la computadora manejando a un musculoso monito ficticio que platica con amistosos desconocidos alrededor del mundo. Nos vemos en la calle.

Agente 07
Celebrando el llegar a 10,000 amigos en  internet y 7 en la vida real

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