La otra vida.
Les voy a contar un poco de la
vida fabulosa de un sujeto al que cualquiera envidiaría, lo primero que les
podría mencionar es que este individuo vive a diferencia de ustedes y de mi, en
una ciudad idílica, no amigos no es Urbania, ni Venecia, Moscú o Buenos Aires,
es una ciudad tan exclusiva que no la encontraran en los mapas comunes, calles
limpias, enormes zonas boscosas, sin problemas de tránsito ni grafiti en las
paredes y eso que solo hemos hablado de lo más superficial de esta ciudad.
Si aún no sienten ni poquita
envidia olvide mencionarles que en las calles tampoco hay baches (creo que con
esto queda confirmado que no hablo de sus ciudades) pero dejando atrás un poco
la infraestructura les comentare ahora sobre las personas que habitan este
paraíso, incluyendo a nuestro protagonista todos los habitantes de este lugar
tienen cuerpos atléticos el índice de obesidad es del 0%, olvídense de todas
las enfermedades causadas por este mal como diabetes, hipertensión etc. Podemos
tranquilamente decir que esta ciudad tiene una población de supermodelos
caminando por las calles y a diferencia de las personas que en nuestras
ciudades gozan del privilegio de la belleza (de las cuales nos encargaremos mas
adelante) todos son amables y sociables no hay discriminación quizá porque en
estándares de belleza todos están parejos, por cierto en el aspecto económico
los trabajos están a la orden del día y los salarios alcanzan para lo que tal
vez ustedes ni siquiera soñarían; en fin la rutina de nuestro amigo es
levantarse a correr por las mañanas al parque, en donde después de recorrer 5 kilómetros
se entretiene 2 horas para platicar con las espectaculares mujeres que también
se ejercitan en ese lugar, regresa a su lujosa casa en los suburbios para darse
una ducha y desayunar, después de vestirse con uno de sus muchos trajes caros
sube a su automóvil último modelo, del cual solo voy a mencionar que porta un
escudo de un caballo galopando al frente del cofre y en menos de 10 minutos de
recorrer las perfectas calles de la ciudad lega a su oficina donde ya lo espera
su escultural secretaria con la cual tiene una reunión privada durante media
hora para después ocuparse de sus muchos asuntos.
Después de 6 horas de arduo
trabajo y de darle la correspondiente despedida a su secretaria sube a su
lujoso automóvil y se dirige a un bar local donde se reúne con sus igual de
exitosos amigos a tomar una cerveza, al final de la noche como cada ocasión en
la que visita ese lugar, regresa a su casa acompañado para una sesión de sexo alocado
con una mujer de esas que solo ves en la televisión.
Es un día más en el paraíso,
en esta ciudad que es tan exclusiva que no cualquiera puede vivir en ella, para
ustedes y para mi llegar a tener los lujos de los que goza este sujeto nos
costaría lo inimaginable, tendríamos que entrar a algún negocio sucio o de
plano tener un golpe de suerte y ganarnos el premio mayor de la lotería, ni
hablar amigos hay gente que nace con la suerte de tener una vida fabulosa y
otra gente que no.
Pero esta historia, pensaran
los que cotidianamente siguen estos reportes, esta completamente fuera de
lugar; paren sus envidias porque es precisamente en este punto en el que
comienza la otra cara del relato.
Todo este mundo rosa y
perfecto que les he descrito con anterioridad existe solo en la pantalla de la
computadora personal de un triste insecto llamado Marco, es una de las muchas
redes sociales a las que pertenece y en las que puede ser el personaje que le
de la gana, las horas sin embargo son reales, le dedica días enteros a esta
exitosa vida e invierte dinero (de sus padres) en comprar mejoras para su mundo
idílico. Marco entra en una tribu bastante amplia que habita en rincones
oscuros de Urbania y a los que hemos llamado “los simuladores” (nada
relacionado con cualquier programa chafa que se les haya atravesado alguna vez)
este tipo de ermitaños se caracterizan por tener escasa vida social en el mundo
real y una activa y exitosa vida en el ciberespacio, pueden llegar a tener
miles de “amigos” en sus contactos de redes sociales de los cuales no conocen
personalmente a ninguno pero eso sí, saben su historia desde donde nacieron
hasta donde pasaron sus últimas vacaciones .
Por ejemplo Marco tiene su
perfil en la ya mencionada sociedad ideal, para lo cual paga una anualidad de
500 (pesos, dólares ,rublos) lo cual le permite conocer a las personas que al
igual que él pasean virtualmente por las calles imaginarias, pero no es el
único perfil que maneja, tiene identidades ficticias en todas y cada una de las
redes sociales conocidas por el hombre, en una de ellas es un hombre de
negocios de 50 años con problemas familiares en busca de aventuras sexuales con
mujeres que estén dispuestas a correr el riesgo, en otro esun apuesto y
atlético estudiante de medicina recién llegado a la ciudad que busca nuevas
amistades para compartir experiencias (curioso el lenguaje que utilizan en las
redes sociales) un perfil más es el de un ácido crítico social que se dedica a
ganar seguidores a diestra y siniestra copiando frases que ve en otros lugares
o parafraseando a algún periodista que escucho en la televisión, incluso tiene
un perfil en el cual es una ardiente joven de 23 años que gusta de publicar
fotos atrevidas y recibir piropos sucios de todos sus contactos (maldito
enfermo)
Identidades falsas que sirven
de escape para enfrentar su realidad y es que si nos ponemos a analizarlo de
manera objetiva en esta sociedad elitista es mejor tener un cuerpo atlético que
ser un cerdo lleno de grasa y granos en la cara que no es bueno ni para jugar a
las canicas; es fácil ser un Don Juan conquistador de solteronas y no un
“fenómeno” que lo único que provoca en las mujeres que conoce en el mundo real
es lástima y asco; es mejor ser un crítico y pedante ladrón de frases
provocativas que ser el objeto de críticas y burlas en cualquier lugar en el
que te aparezcas y finalmente ¿no preferirían ustedes ser una ardiente mujer de
23 años que…? Bueno creo que ahí si se paso de la raya.
Lo cierto es que mientras sus
perfiles en la Internet se vuelven cada vez mas populares su propia identidad
desaparece, junto con la línea de su culo que separa las nalgas y que comienzan
a ser parte de su aplastada silla en laque pasa horas sentado mientras
socializa con personas que al igual que él aparentan ser algo totalmente
opuesto a lo que realmente son, pero ¿quién puede culpar a estos seres? en
realidad todos estamos en busca de un escape a nuestras distintas realidades,
personas como Marco lógicamente escapan de lo obvio, una sociedad que es
fanática de las revistas y de la televisión barata y que tiene como modelos a
seguir a mujeres y hombres sin cerebro pero con cuerpos esculturales, eso es lo
que buscan los Simuladores en sus mundos virtuales y lo consiguen siempre con
creces de tal manera que pasan a ser una extensión de su máquina y toda su vida
social se basa en conversaciones de chats y fotos falsas enviadas a extraños
del otro lado del mundo, encuentran el ansiado éxito social y pasan a ser
personas aceptadas por lo menos en sus mundos privados, pero tenemos al hombre
promedio casado con una mujer hermosa y con hijos perfectos y bien portados que
de repente se levanta un día de la cama fastidiado de su vida y culpando a su
dios por toda la mala suerte que le ha tocado vivir y entonces entra en una
fase de simulación real; comienza a buscar esa ciudad ideal en la que puede
olvidar todos sus problemas, deja a un lado a su mujer y a sus hijos y se lanza
por ese sueño, al final lo único que consigue es un divorcio y la destrucción
de su familia, la verdad es que nadie esta contento con lo que tiene, basta con
ver a los esposos de las mujeres que vemos en televisión y por las que
venderíamos nuestras almas al diablo para tenerlas aunque fuera una noche en
nuestras camas, engañándolas con la modesta y nada espectacular mujer que
limpia sus casas o atiende sus mesas en los restaurantes a los que acuden.
Finalmente después de
investigar a esta sub especie de rincones oscuros de la ciudad llegamos a la
conclusión de que son entre todas u vida de mentiras un reflejo sincero de lo
que hacemos todos a escondidas, quizá los únicos valientes aunque sea por los
motivos equivocados de presentar su verdadero rostro de inconformidad ante la
sociedad por medio de su cibernética red de mentiras, todos somos simuladores
de alguna u otra manera y definitivamente lo que nos lleva a buscar estos
escapes es el tedio, la rutina y la inconformidad en algún aspecto de nuestras
vidas, ¿se han puesto a pensar que es lo que les molesta a ustedes? Deberían
hacerlo antes de que se encuentren pegados a la computadora manejando a un
musculoso monito ficticio que platica con amistosos desconocidos alrededor del
mundo. Nos vemos en la calle.
Agente 07
Celebrando el llegar
a 10,000 amigos en internet y 7 en la
vida real
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