Corría el año de 1859 allá por el
siglo XIX cuando un joven científico naturalista ingles publico una obra que
cambiaría la forma de pensar de la humanidad y sería objeto de interminables discusiones
entre las distintas corrientes filosóficas que tratan de explicar el origen de
la humanidad, me refiero por supuesto a “ El origen de las
especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas
preferidas en la lucha por la vida” escrita por Charles
Robert Darwin.
La intención de Darwin no era
crear un conflicto entre los creacionistas y las demás teorías sino expresar
sus deducciones y conocimientos que obtuvo en base a la observación de
diferentes fósiles recabados en sus viajes comparados con especies de animales
muy parecidos pero con singulares diferencias que los ayudaban a adaptarse a un
mundo cambiante. Así pues nació la teoría conocida hoy en día como La Selección Natural
y se reforzó la idea de la evolución de todas las especies desde un microorganismo
común hasta la gran biodiversidad que podemos apreciar en la faz de la tierra.
Así pues es como explicamos
actualmente la adaptación de los peces al mar, las aves a los cielos y los
primates a vivir en los árboles, pero una parte de esos primates fue la que no
se quiso conformar con vivir en los árboles y bajo de ellos para erguirse y
comenzar a desarrollar impresionantes habilidades que con el tiempo fueron
utilizadas para los más variados propósitos lo demás ya es historia conocida,
pero hay algo que es cierto el ser humano se encuentra en constante evolución
¿hacia donde va? Esa es una pregunta que puede generar un millón de respuestas
sin embargo día a día podemos ver en las calles de Urbania utilizando la misma
técnica usada hace casi 2 siglos por Darwin a esos ejemplares de la sociedad
peleados con la evolución y a esos otros que ya van muy adelantados, con el fin
de realizar una pequeña clasificación de especies y tratar de dar una respuesta
sobre el futuro de la raza humana es que se presenta este escrito, sin intención
de entrar en discusión con las personas que no dudan que Dios creo al hombre
del barro y que no tenemos que ver nada con los changos, este es un simple
escrito que no tiene mas propósito que la interrogación.
Así pues armado con mi libreta de
apuntes y mis sentidos agudos enfocados a la fauna citadina me lance a las
calles con la misión cotidiana de observar pero en esta ocasión además de
analizar las posibles ramificaciones de la evolución en curso que están
presentes dentro de la sociedad humana contemporánea.
La tarea es difícil, no se puede
determinar algún cambio significativo en algo que cotidianamente observas todos
los días, es como tratar de determinar cuantos milímetros crece al día el césped
de tu patio trasero (el de tu casa no vayas a pensar en otro patio trasero)
No me gustaría sonar repetitivo y
describirte todo el día que pase y los lugares que visite en mi observación,
que camine por las calles ya lo sabes y que visite varios lugares también, así
que te voy a explicar directamente las conclusiones a las que llegue después de
el trabajo de observación en las calles de Urbania.
La primera conclusión a la que
llegue fue que Darwin en verdad era un hombre paciente al que le encantaba ver pájaros
e iguanas, no puedo imaginar algo más tedioso que esa actividad, sin ofender a
los que se dedican a esta actividad, pero creo que en ese aspecto si tuve una
ventaja (además de contar con todo su trabajo) ya que la especie que me tocó
analizar a mi es, digamos, más divertida.
La segunda conclusión a la que
llegue es mas bien una pregunta que a los que viven en una ciudad como Urbania
les sonará bastante lógica y es la siguiente: ¿En verdad hay alguien que dude
que tenemos relación directa con los changos?
Mi tercera conclusión observa el
hecho de que la sociedad es una guerra entre individuos que se rehúsan a la
evolución, y aunque intentan mezclarse con el resto de los seres son
relativamente fáciles de identificar, seguramente los has visto por ahí
sentados en la misma mesa de hace años, en la misma “disco” a la que siempre
han acudido desde que alcanzaron la mayoría de edad (ahora tienen 40), o
caminando por la calle vistiendo ropa que les hace parecer extraídos de algún vídeo groovy de hace mucho tiempo, quizá los has escuchado quejarse de las
cosas nuevas y de cómo “antes todo era mejor” son seres aferrados a no aceptar
los cambios y a vivir en esa época que consideran fue la mejor (que sin duda lo
fue para ellos) y les molestan los cambios en todos los sentidos ya que son una
amenaza para ese mundo que tanto añoran y que se encuentra en peligro de
extinción.
Están por otro lado y como parte
de esta tercera conclusión los que son el lado completamente opuesto a los
sujetos anteriormente descritos, los que van con los cambios hacia donde los
lleven y se abrazan a ellos para que el tiempo no los deje atrás, quizá es su
manera de permanecer por siempre jóvenes, así pues los vemos comprando siempre
los últimos avances tecnológicos a los cuales se adaptan lo más pronto que les
es posible, ahí esta la abuelita haciendo videoconferencias con sus nietos al
otro lado del mundo, esta fascinación por los cambios los lleva también a
seguir las más extrañas de las modas por lo que vemos a la señora gorda de 50
años luciendo un pantalón de tela brillosa y una blusa que deja ver cada grasoso
centímetro de su voluptuosa espalda caminando contoneadamente por las calles de
la ciudad, o el clásico treinton semi calvo que viste como quiceañero y se
llama a si mismo adulto contemporáneo (ouch).
La cuarta conclusión es una a la
que seguramente has llegado en este punto de tu lectura ¿Entonces esta todo
mal? La respuesta es no, todos los estilos de vida son permitidos y son
perfectamente aceptables, es tan válido el que gusta de vivir en el pasado como
el que quiere adelantarse 10 años e ir a la vanguardia en todo.
La quinta conclusión ¿Entonces qué
es la evolución? Bueno como te dije al principio esta pregunta es el meollo de
todo este asunto, para poder llegar a esta conclusión tuve que describirte las
modas que toma la sociedad y los grupos a los que se critica constantemente,
pero las modas no son la evolución, quizá Darwin pudo llegar a algunas de sus
conclusiones basándose en el color del plumaje de las aves en una y otra isla,
pero no podemos comparar a los seres humanos con aves, no podemos juzgar a alguien
por la ropa que utiliza, quizá la verdadera evolución que descubrió Darwin fue
un método mas avanzado en la manera de volar o de alimentarse (es mas que obvio
que no he leído la obra de este científico) que alguien vista anticuado y no
quiera seguir las modas o que si las siga a pesar de todo no quiere decir que
evolucione o no evolucione, hay etapas en la vida de todo ser humano para hacer
y no hacer ciertas cosas, pero las etapas no son reglas que se deben seguir a
ojos cerrados, a pesar de que el no cumplirlas conlleve una carga de crítica y
rechazo social.
Sexta y última conclusión, la
evolución del ser humano está pues, no en su forma de vestir o de comunicarse,
tampoco ha desarrollado un sexto dedo ni colmillos mas largos (bueno, por lo
menos no la mayoría) la evolución en el ser humano esta según este humilde
observador social, en la manera de afrontar el mundo, ya decía anteriormente
que las especies se adaptan a los cambios del mundo, el ser humano lo hace de
manera fugaz ya que las ciudades cambian fugazmente, el nuevo ser humano no
tiene tiempo para saludar, convivir o ser amable, el tiempo se ha convertido en
un factor que rige su vida ya que como dicen por ahí “el tiempo es dinero” los
gobiernos no funcionan porque las soluciones que dan son parches temporales a
problemas eternos, pero eso es lo de menos, mientras el parche aguante el tiempo
que ellos están en el poder todo esta bien después será problema de alguien mas,
los horarios de trabajo se han extendido a los horarios de casa y así vemos a
los padres que llegan del trabajo a cenar mientras abren sus computadoras o
teclean sus modernos teléfonos para seguir trabajando, la cadena de evolución
que viene desde nuestros libres changos colgados en las lianas de la selva
termina con un ser humano conectado mediante cables a su máquina de trabajo,
sin tiempo para ver al de al lado ni preocuparse por alguna otra cosa, quizá el
próximo paso de la evolución del hombre no sea desarrollar un sexto dedo sino
una entrada para cable USB o una ranura de tarjeta, no quiero saber en que
parte del cuerpo seguro ya lo imaginaste, quizá sea extremista mi posición, quizá
sea mejor dejar estas cosas a los científicos realmente enfocados a ello, quizá
lo mejor sea conectar nuestras máquinas a las venas y esperar a que la evolución
haga su inevitable trabajo. Nos vemos en la calle.
Agente 07
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