lunes, 1 de octubre de 2012

wild


Documental animal


Sucedió algo curioso en días pasados en los que su seguro inventor de historias se encontraba en su casa sin otra cosa mejor que hacer que ver la televisión y explorar los rincones mas recónditos de su ombligo, abro paréntesis para hacer la observación también curiosa de cómo en una ciudad tan grande y llena de cosas que hacer hay tantos días en los que no te apetece hacer absolutamente nada, pero ese será tema para otra ocasión, cierro paréntesis. Decía que me encontraba en un día muy productivo ejercitando mi dedo índice al oprimir una y otra vez el botón marcado con el letrero “chanel +” en mi control remoto, no se si les ha sucedido pero de repente hay que darle 2 o 3 vueltas a toda la programación para darse cuenta de que en realidad al igual que en las calles en la tele no hay nada que ver que valga la pena, en fin en una de esas vueltas de zapping insaciable me topé con un comercial sobre un programa que sonaba interesante; una investigación impresionante según aseguraba la voz en off de ese locutor que parece ser el mismo que promociona todos estos programas de ciencias y naturaleza, sobre los niños de latitudes insospechadas que a falta de padres humanos habían sido criados por animales.
Inevitablemente la memoria muy bien trabajada por la mercadotecnia y los lavados de cerebro por lo que pasa cada uno de nosotros rigurosamente durante la infancia me revocaron a los personajes creados por Edgar Rice Burroughs y Rudyard Kipling (Tarzán y Mowgli respectivamente) tenemos pues en la cultura popular dos ejemplos claros de lo que sucedería si a un “cachorro humano” lo tomaran como miembro de la manada los animales salvajes, en uno de los casos los simios, en el otro los lobos.
Hay muchos otros ejemplos en las distintas mitologías y casi todos ellos nos hablan de seres con habilidades extraordinarias que al final consiguen grandes hazañas, sin embargo todas tienen algo en común, su encuentro con el hombre “civilizado” nunca es sencillo, en esas historias se nos presenta al hombre como el máximo depredador, el principal enemigo, incapaz de convivir y socializar con otras especies como si lo pueden hacer el resto de los animales de la selva.
Estaba yo divagando en estos pensamientos y me interesé mucho por ese programa que anunciaban, que cosa más increíble el conocer la historia real de un niño que ha sido criado por animales salvajes, ese fue mi primer pensamiento de curiosidad pura, pero después esa frase ya no me pareció tan espectacular, me levante un poco de mi sillón, me asome por la ventana para contemplar la agitada avenida que traslada su lento tránsito diario y pude escuchar los sonidos característicos de cualquier densa jungla, chillidos, gritos, graznidos, rugidos, todo estaba ahí, fue entonces cuando me traslade a los zapatos de los 2 escritores antes mencionados y comprendí el como tal vez tuvieron en algún momento la misma visión que yo (aclaro, sin compararme con ellos) el programa pues ya no me parecía tan increíble, la duda que ahora saltaba a mi cabeza era ¿habrán grabado ese documental en Urbania o en alguna otra ciudad?
Con esta duda en mi cabeza decidí salir a las calles para observar ese comportamiento, ¿las personas cambian sus costumbres cuando hay niños presentes? A fin de cuentas todos sabemos que el ser humano aprende muchas de sus habilidades gracias a la imitación, desgraciadamente también aprende casi todas sus costumbres de la misma forma. El ojo de investigador ya estaba en mi rostro y no tuve que trasladarme mucho para ver mi primer ejemplo, ahí justo al bajar las escaleras frente a la entrada del edificio de departamentos en el que tengo mi guarida se encontraba atorado en el tránsito un individuo que parecía estar ya bastante estresado, por su vestimenta podríamos deducir que se trataba de algún oficinista en camino a su casa, llevaba una camisa blanca y una corbata con el nudo ya flojo, su cabello estaba despeinado por la constante acción de sus manos meciéndolo cada 2 minutos, su rostro estaba rojo por el esfuerzo y aire utilizados para gritar todo tipo de ofensas a los vehículos que iban delante de el suyo, su garganta era acompañada de melódicos tonos expulsados por su bocina, tradicionales ofensas que complementan los sonidos básicos de cualquier selva de asfalto, en el asiento de atrás de su coche viajaban 2 asustadas niñas cuyas cabezas se movían violentamente de un lado a otro con cada maniobra frenética que su desesperado papá realizaba para trasladarse de un hueco a otro en el río de carros, se volteaban a ver como preguntándose que demonios estaba sucediéndole a su cariñoso padre cada que este arrojaba una de sus alegres frases a otro conductor o a algún transeúnte que se cruzaba en su camino.
Primer ejemplo aprobado satisfactoriamente, niñas criadas por un cerdo al volante, supera eso canal de la naturaleza, ya puedo imaginar las fabulosas habilidades que heredaran esas jóvenes ejemplares de nuestra especie, sin duda contribuirán a mantener los sonidos agradables de las calles de la ciudad cuando sea su momento de ponerse tras el volante.
Sigo caminando y curiosamente me toca ir tras una señora que lleva de la mano a un niño pequeño, aproximadamente de 5 años, curioso de todo lo que pasa alrededor, como todos lo somos a esa edad, la señora va hablando por teléfono sin prestarle atención al pequeño y no es que sea entrometido pero la ciudadana en cuestión grita a través de la bocina su conversación; “Sí amiga, esa vieja es una cualquiera, se acuesta con el jefe ¿porqué crees que gana mejor que nosotras? Dice que es licenciada pero lo que es en realidad es una zorra, no amiga, no esa otra tiene solo su cara de mosca muerta pero habla mal de todo a nuestras espaldas además su esposo la engaña, sí es un infiel de primera, en la última fiesta a la que fueron me sonreía y me hacía señas, nada mas porque iba con ella pero vas a ver que se descuide poquito y no respondo, hay bueno pero ya te dejo amiga porque ya voy llegando con estas viejas cualquiera con las que tengo que desayunar, pues si muertas de hambre pero a ver si consigo cerrar algún negocio, adiós te quiero” cuelga el teléfono y se acerca con una sonrisa falsa a saludarlas a todas, se hace un silencio enorme cuando el niño inocentemente le pregunta a su mamá “mami ¿Por qué son muertas de hambre estas señoras?” alguna vez leí un letrero que decía “se escribe Karma y se pronuncia ándele por culera” bueno ese letrero vino de inmediato a mi cabeza y a pesar de que seguí caminando una enorme sonrisa invadió mi rostro imaginando el desenlace de esa conversación, segundo caso analizado, niño criado por víbora venenosa, a este ritmo le robaremos todo el raiting a ese dichoso programa, no creo que tengas casos tan extraordinarios como los que se pueden ver en un día común y corriente en esta selva.
Mis pasos me han traído hasta un parque enorme en el cual hay un área extensa con juegos infantiles, los niños trepan por los tubos retorcidos y giran en las estructuras de metal mientras que las madres platican (no quiero saber de que cosa) o leen libros sentadas cómodamente en la bancas, vaya por fin parece que he encontrado un lugar de sana convivencia en donde esta especie puede pasar un rato tranquilo, sin embargo todo ese sentimiento de paz viaja directamente a la basura cuando un par de niños comienzan a pelear, primero uno de los pequeños le gana el lugar que tenía el otro en el juego que gira, el desplazado responde con un golpe en la cabeza para el usurpador de lugares, una escena imagino muy común en los juegos infantiles, el problema viene cuando el niño golpeado se acerca a su mamá llorando y contando su versión de los hechos y el como el otro niño le pego, el consejo de la sabia madre es el siguiente “tu pégale mas fuerte hijo, no te dejes de ese niño agresivo” consejo que es expresado en voz alta con toda la intención de que sea escuchado por el resto de la pacífica manada, no pasan ni siquiera 10 segundos (si, los conté) para que desde su pacífico puesto en la banca de al lado la madre del niño agresor se levante como impulsada por un resorte y le reclame a su ahora adversaria “mi niño no es agresivo y si no quiere que le pase nada a su niñito delicado lléveselo a encerrar a su casa”
Regularmente las mujeres son perfectamente capaces de soportar insultos y agresiones, pero cuando sus hijos están de por medio el instinto brota y entonces si cuidado, que nadie se acerque, el niño agredido corre hacia el agresor y le da una patada, la mamá le grita una porra “bien hecho hijo” volteando a ver a la otra mamá con esa mirada que expresa perfectamente lo que una mujer enojada esta pensando, acto seguido la mamá del ahora niño agredido corre y aparta al otro niño de su hijo, es entonces cuando la mamá del niño apartado avienta su libro a un lado y corre como si fuese un jugador de fútbol americano en busca de capturar al quarterback contrario y justo antes de llegar a su rival brinca hacia el frente simulando por unos segundos el vuelo del mismísimo Superman y gritan “no toques a mi niño”, esta escena parece transcurrir en cámara lenta el área de juegos infantiles se ha convertido ahora en un ring de pelea por el territorio, la vencedora conseguirá el lugar para que su cría pueda jugar tranquilamente mientras que la vencida, tendrá que recorrer el vecindario en busca de otro parque, la decencia esta olvidada lo que impera es el instinto, rasguños, mordidas, jalones de pelo y ofensas al por mayor vuelan hacia todas partes y los principales testigos de todo esto son los niños que ahora en su mayoría lloran asustados al ver este comportamiento, de la nada llega un heroico policía que se atreve a separar a las enterregadas señoras que tienen los pelos parados, el rimel corrido y la piel rasguñada por todas las partes visibles, termina el espectáculo, el territorio ha sido marcado y los cachorros han aprendido a pelear por él.
Impactado por este último show de la naturaleza, emprendo el camino de regreso a mis actividades, convencido de que los niños criados por leonas territoriales tampoco nos deparan un futuro brillante en lo que al civismo corresponde.
Enciendo de nuevo la televisión y esta comenzando el programa que motivo esta pequeña investigación, cansado de ver esto y convencido de que no darán resultados diferentes apago la tele para escuchar los sonidos nocturnos de la selva que esta ahí afuera, me duermo pensando en todos esos niños que actualmente son criados por animales salvajes no solo aquí sino en un sinnúmero de ciudades alrededor del mundo y me pregunto que ha pasado con esa diferencia que clamaban los filósofos nos separaba del resto de los animales, supongo que ese canal de documentales tendrá que esforzarse un poco más para la próxima ves. Nos vemos en la calle.






Agente 07   
Cuidando mi madriguera

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