viernes, 21 de septiembre de 2012

gift


La Adivina

Se llama Claudia y tiene una bola de cristal, solo que a diferencia de todas las que tienen una igual a la de ella y la utilizan para sacarle el dinero a los desafortunados que quieren conocer su triste futuro, ella no la comparte con nadie, podemos decir que es su ventana privada para ver el mundo y sus problemas, es la envidia de todas las personas que saben de su existencia pero como todas las cosas que parecen perfectas en este mundo, la bola de cristal de Claudia tiene un pequeño problema, puede ver el futuro de todas las personas, menos de su propietaria.
Todo comenzó cuando Claudia era apenas una pequeña niña, creciendo en uno de los conflictivos barrios de la ciudad de Urbania, a pesar de tener continuamente problemas con sus padres, podemos decir que su familia era normal como cualquier otra, aunque si ella escuchara esta definición estaría completamente en desacuerdo y discutiría los términos de la palabra normal. Pero estoy adelantando la historia, como decía Claudia era apenas una niña de 11 años cuando cierto día en compañía de sus amigos decidieron explorar una antigua casa del vecindario, la casa era una majestuosa construcción de estilo victoriano que a pesar de verse mucho más antigua que el mismo barrio encajaba a la perfección dentro de él, a simple vista la casa parecía abandonada desde hace años, pero bastaba con detenerse un poco a observar los detalles para darse cuenta que la construcción se mantenía con vida, el jardín a pesar de estar lleno de hierbas silvestres respetaba la entrada principal, las ventanas y el camino de concreto que llevaba hasta la puerta, las hierbas parecían tener prohibido invadir esos lugares, a espaldas de la casa se podía observar un huerto de árboles de durazno, en aquellos días las flores adornaban estos árboles pero curiosamente los pétalos marchitos que regularmente caen bajo la sombra de estos árboles y provocan una enorme cantidad de basura, no se podían ver por ninguna parte, así era durante todo el año y cuando era el tiempo de la cosecha y enormes frutos colgaban de las ramas de estos árboles nadie se atrevía a tomarlos, conforme crecía y se maduraban, también desaparecían de las ramas y al igual que los pétalos no se veía ni uno solo en el suelo del huerto.
Ya había pasado una generación desde que se vio por última vez al habitante de esta elegante casona, los adultos de aquellos tiempos decían que la casa era cuidada por personas que iban de noche a podar el jardín y cosechar los frutos, encargados quizá de la familia propietaria, pero nadie los había visto jamás, algunos más viejos juraban que el propietario original, ese al que ya hacía mas de 100 años nadie veía, seguía habitando la casa y se encargaba personalmente de su cuidado, no vivo, no muerto sino cargando una maldición y condenado a permanecer por la eternidad en esa lujosa prisión era el motivo por el cual nadie se atrevía a robar fruta y mucho menos a pasar por ahí de noche, la casa pues era un misterio en el barrio que se había convertido en tradición, cada persona tenía su historia y su creencia alrededor de lo que rondaba ese lugar por las noches y al final todos decidían aceptarla y seguir con sus vidas normales a sabiendas de que si bien aquel era un lugar maldito como decían los viejos, nunca había hecho daño a nadie en más de 100 años, por lo que las leyendas urbanas se quedaban solo en eso.
La casa en realidad perteneció a un joven francés que se mudo hace mucho tiempo a la ciudad, 100 años no era ni por cerca la edad que tenía aquella construcción, en aquellos tiempos el barrio era una zona de plantación de algodón y el mencionado joven era el dueño de aquel lugar, su historia sin duda fue trágica ya que después de conocer a una trabajadora de sus campos de la cual se enamoro, la convirtió en su esposa todo parecía ser perfecto y la pareja paseaba todas las tardes por la propiedad saludando a los trabajadores, eran muy felices y lo fueron aún más al conocer la noticia de que estaban esperando a su primer hijo, ese fue el principio del fin, después de 3 meses el embarazo se complico, el sufrimiento de la mujer era enorme sin embargo ella estaba empeñada, como toda madre, a que su bebe naciera sano, llego el día del parto y todo se vino abajo, ni la mamá ni el bebe lograron sobrevivir a ese día.
Todo cambió a partir de entonces, el joven dejo de salir a saludar a sus trabajadores, los pocos que lo llegaron a ver después de ese día decían que aquel feliz joven que recordaban cabalgando por los campos había envejecido 50 años en una semana. Una terrible enfermedad comenzó a azotar a los empleados de los campos, muchos murieron, las historias decían que el dueño había vendido su alma al diablo y que a cambio de la vida de su esposa y de su bebe había ofrecido la de sus trabajadores, los que aún quedaban con vida huyeron jurando que no volverían nunca y por mucho tiempo la casa se quedo sola en medio de la nada, ya estaba ahí cuando se comenzaron a construir las primeras casas del barrio y las historias alrededor del lugar pasaron hasta los tiempos de Claudia por la tradición oral, nadie podía asegurar a ciencia cierta que era lo que había sucedido al propietario de la casa y quizá nunca nadie lo podría hacer.
Pero los niños tienen una manera muy distinta de ver el mundo y todas las historias que giraban alrededor de aquella vieja casa no eran más que una atenta invitación para explorarla, cuando somos niños todos los miedos se extinguen al escuchar esa frase retadora de los amigos que dice “¿te da miedo?” fue gracias a estas palabras que Claudia y sus amigos decidieron esa noche escapar de sus casas con una lámpara en mano e ir a investigar aquella misteriosa propiedad.
Llegaron a la reja de la entrada y la adrenalina invadía sus cuerpos, no se veía ninguna luz al interior de la casa por lo que sigilosamente se acercaron hasta una de las ventanas del jardín y con una sonrisa en la cara comprobaron que el pasador no estaba puesto, la abrieron fácilmente y uno a uno se internaron en la oscuridad de la propiedad.
El interior no tenía nada de extraordinario a los ojos de los niños, no les sorprendió que la casa no tuviera ni un rastro de polvo, que todas las paredes estuvieran en perfectas condiciones ni que ninguna de las entradas en la casa tuviera puertas, no tardaron mucho en sentirse cómodos en aquel lugar y sentarse en medio de la enorme sala al pie de las escaleras a observar la cúpula que estaba exactamente sobre ellos y que permitía que la luz de la luna iluminara el interior de la casa como si se tratara de un faro en sus últimos momentos de vida.
La exploración de la planta alta y la planta baja no requirió del uso de la lámpara y mucho menos de su valor, tampoco fue requerido mucho tiempo para llevarla a cabo, pero tardaron mucho en darse cuenta que desde que entraron cada movimiento y acción les acercaba más a esa entrada oscura que llevaba hacia el sótano de la casa.
Se encontraban todos parados al borde del primer escalón, esperando a que alguien diera el primer paso, la oscuridad ahí abajo era total, parecía tragarse todo lo que se internaba en ella y las imágenes de ese monstruo de colmillos afilados esperando a que entremos a su guarida que todos llevamos en algún momento en nuestra cabeza no se hicieron esperar, si ese monstruo se encontraba en alguna parte del mundo sin duda ese sótano era el lugar.
Claudia tomo la lámpara e ilumino las escaleras, comenzó a decender y los demás no tuvieron mas remedio que seguirla (no se podían permitir ser llamados cobardes por una niña) bajaron cada escalón esperando ser mordidos o jalados hacía la oscuridad por algún extraño ser, pero eso no sucedió, llegaron al final de la escalera y con la ayuda de la lámpara Claudia pudo ver que a diferencia de toda la casa en ese lugar si había muebles, parecían más bien los muebles que adornaría un salón de clases, el pizarrón estaba lleno de distintos símbolos extraños que nunca habían visto en su vida y la única frase que podían leer de todo lo que se encontraba ahí era “entiende el comportamiento humano y la entenderás”
Sobre el que sería el escritorio del profesor se encontraba una bola de cristal transparente, el rayo de luz enviado por la lámpara se distorsionaba al pasar a través de ella y Claudia pudo ver un raro destello proveniente de esa bola, algo que la hechizó, la tomo en sus manos y supo que sería el premio a su valor por haber bajado ahí, además de ser un adorno perfecto para el librero que le acababan de comprar sus padres, salieron de ahí y por alguna extraña razón no volvieron nunca, de hecho después de esa noche los inseparables amigos se distanciaron para siempre.
Claudia pasaba horas mirando la bola de cristal, le gustaba la forma en que todo se distorsionaba a través de ella, cierto día en la escuela, Claudia fue víctima de una broma cruel, gastada por una chica a la que le encantaba molestar a los demás, triste llego a su casa como de costumbre tomo en sus manos la bola de cristal y se preguntó a si misma el porque del comportamiento de esta niña hacia los demás, fue entonces cuando con asombro pudo ver claramente como en la bola de cristal se formaba la imagen de la problemática niña siendo atacada violentamente por un perro de pelea, la imagen fue tan real que Claudia aventó la bola de cristal, la cual cayó al suelo pero en vez de hacerse añicos como se supone que tendría que haber sucedido, no paso nada, no siquiera emitió sonido alguno, cosa que provoco que Claudia la guardara en su closet y decidiera no sacarla nunca de ahí.
Al día siguiente en la escuela, durante la hora del recreo muchos niños estaban asustados porque se había visto a un perro de pelea rondar el colegio, la niña abusadora como de costumbre vio la oportunidad de molestar a sus compañeros y al ver al perro decidió ir por el y meterlo a un salón de clases, el resultado fue lo que Claudia vio en su bola de cristal el día anterior, de inmediato su mente viajo a aquella noche en que en que se encontraba en el sótano de aquella casa y las palabras escritas en el pizarrón retumbaron en su cabeza “entiende el comportamiento humano y la entenderás”
A partir de ese día Claudia se obsesionó con el estudio del comportamiento humano, mientras más lo entendía, más podía ver en su bola de cristal, las tardes se le pasaban como segundos ya fuera leyendo algún libro o mirando a través de su mágico artefacto, poco a poco se fue aislando de todas las personas que conocía. Como era de esperarse decidió estudiar Psicología ciencia que sin duda la ayudaría a incrementar sus habilidades, muchos libros pasaron ante sus ojos y su cerebro absorbía el conocimiento como si fuera una esponja, al no tener muchos amigos debido a su distanciamiento de la sociedad, se le dificultaba poner en práctica sus habilidades de vidente con otras personas que no fueran las mismas de siempre, ese problema termino junto con su tiempo en la Universidad, en cuanto terminó sus estudios se instalo en un pequeño consultorio cerca del barrio en donde comenzó a atender de manera gratuita a las personas que necesitaran asesoría psicológica, tenía su floreciente campo de conejillos de India y su obsesión crecía cada día, llego el momento en que disfrutaba de jugar con el destino no los demás, después de escuchar sus casos y analizarlos corría a ver su futuro en la bola de cristal, dependiendo del futuro que tuviera la persona en cuestión, aventaba una moneda al aire para decidir si la orientación que le daría sería para caer en la desgracia o para evitarla, era dueña del futuro de todo aquel que acudiera con ella sin embargo no podía predecir que es lo que le pasaría a ella el día siguiente.
La incapacidad de predecir su propio futuro la llevo a obsesionarse aún más en el estudio del comportamiento humano y en el funcionamiento de la bola de cristal, cada vez que había intentado utilizarla para descifrar la decisión que debía tomar había terminado por equivocarse, no tardo mucho en dejar de recibir personas y concentrarse en su ser, corto todo contacto con el mundo exterior, en su casa colocó un cuarto de estudios en el cual tenía un pizarrón para anotar todas sus conclusiones, en la parte de arriba a manera de título puso las palabras que alguna vez vio en aquel sótano oscuro de la casa abandonada “entiende el comportamiento humano y la entenderás” para después llenar el pizarrón con teoremas y mapas mentales que solo ella podría entender, quizá si aquella noche cuando era niña, antes de ver ese destello de la bola de cristal y tomarla en sus manos hubiera explorado un poco más aquel sótano abandonado, se habría percatado del esqueleto que yacía aún con sus ropas puestas tirado en el suelo de aquel lugar, muerto por falta de agua, comida y contacto humano, muerto en el intento de entender el misterio de aquél artefacto que encontró el mismo día en que su esposa y su hijo murieron.
Se llama Claudia y tiene una bola de cristal, tiene también 2 años sin que nadie sepa de ella y una casa no tan vieja que no tardará en llenarse de leyendas. Nos vemos en la calle.


Agente 07
De complacencias 

lunes, 10 de septiembre de 2012

viaje


El rompecabezas


El escenario es un viejo camión urbano que ya ha visto pasar sus mejores épocas hace mucho tiempo, sus láminas desgastadas hacen un ruido infernal cada vez que uno de los miles de baches de las deficientes calles de Urbania se cruza en el camino de las llantas del antiguo transporte, en su interior la temperatura ambiente sube dos o tres grados más que en las ya de por si calientes calles de la ciudad, por suerte no es una hora pico en la que las personas se amontonan en su interior peor que sardinas en una lata y digo peor porque las sardinas no tienen ya la capacidad de percibir olores ni sentir tactos de objetos extraños en las partes más privadas de su cuerpo, contactos claro esta magistralmente excusados por el movimiento natural de los cuerpos ante las fuerzas a las que son sometidos por el movimiento.
Al contrario de este escenario nuestro camión va un tanto vacío, hay por lo menos 4 lugares desocupados lo que en una ciudad como esta se puede considerar un verdadero lujo, por supuesto los lugares que han sido designados magistralmente por las autoridades como preferenciales para ser cedidos a personas embarazadas, de la tercera edad o con alguna discapacidad como de costumbre son ocupados por un par de jóvenes que al parecer no tienen ni siquiera el nivel de estudios para leer el letrero que marca estos lugares ni la delicadeza de notar que están pintados de un color diferente a todos los demás, supongo que pensaran que es para darle un toque decorativo al sucio interior del vehículo, como sea es una imagen muy común en estos días.
La mayoría de los usuarios van “cómodamente” sentados en sus asientos de plástico que propician la propagación del calor a lo largo de la espalda y provocan que en cuestión de minutos esta se convierta en una cascada de sudor que se puede ver reflejada claramente en la ropa de todos los que se levantan para solicitar la parada. Los que viajan con algún conocido hacen ameno el traslado con alguna platica sin importancia sobre lo que les ha tocado vivir en las escasas horas que ya se ha comido el día, hay otros que viajan solos pero van envueltos en una esfera sonora distinta al frenético sonar de las láminas del camión gracias a sus audífonos que cubren sus oídos y los transportan al viaje musical que deleita los sentidos de quién escucha a su artista favorito, otros mas están sumergidos en la lectura ya sea del periódico del día o de algún libro, la verdad no entiendo como pueden leer con todo el movimiento que se da dentro del oxidado vehículo pero supongo que son costumbres de esas que solo se perfeccionan con la práctica del día a día, están también los que juegan con su teléfono celular visión ya cotidiana de nuestros días que hace 30 años sería algo totalmente fuera de contexto y hay también, por supuesto los tipos que solo viajan sin realizar ninguna otra acción mas que mover su esqueleto al ritmo de los baches de la ciudad y realizan el típico saludo japonés de inclinar la cabeza hacia delante cuando el conductor de autobús aplica los frenos que siempre emiten un chillido, quizá reclamando ya un merecido descanso en algún taller de la compañía.
El tramo que recorre el camión todos los días unas 25 veces aproximadamente va desde el centro de la ciudad hasta una de sus orillas delimitada por un periférico que se ha visto engullido por colonias nuevas que lo hacen parecer como una avenida más, la gente sube y baja como robots programados, el chofer y su cansado corcel son una parte cotidiana de miles de vidas que solo suben y bajan sin cumplir ninguna otra función, subes esperas a que tu destino se acerque, te levantas, dependiendo de la cantidad de personas aglutinadas en el vehículo te puedes ver envuelto en una lucha por llegar a la puerta de salida, que regularmente es obstruida por la persona más obesa de todas las que viajan ahí ¿Por qué? No se pero parece que las personas obesas tienen una fijación por pararse justo a la puerta de bajada de todas las unidades de transporte.
Viajaba pues esta vieja unidad cubriendo su ruta normal, los pasajeros se ocupaban de sus asuntos y el calor hacía lo suyo también, fue entonces cuando en una de las muchas paradas que realiza este camión, se subió un sujeto extraño, un personaje fuera de contexto en casi todas las ciudades similares a Urbania, era un tipo de estatura baja, barriga abultada, ropa humilde, colgaba de uno de sus hombros un morral de lana que asemejaba a los usados por las etnias indígenas de muchos lugares del mundo, calzaba sandalias que permitían ver sus píes, sucios por el transitar las calles pero extrañamente bien cuidados, su cabello lucia desaliñado y mojado por el sudor, portaba una barba desordenada que no acababa de cerrar el candado pero que si hacía un respetable esfuerzo por hacerlo, sus mejillas rojas y grandes reflejaban el pensamiento de todos los pasajeros “el calor esta de la chingada” pero lo raro en este sujeto, lo que no encajaba en la ciudad y lo ponía fuera de contexto era su sonrisa, sonreía como alguien a quién le acabaran de dar la mejor noticia de su vida, quien sabe, a la mejor eso fue lo que había pasado ¿sería padre próximamente? ¿Se gano la lotería? ¿le heredaron una fortuna? ¿Lo aceptaron en ese trabajo soñado? ¿Se alivio de alguna enfermedad mortal? No lo se, cualquier respuesta a estas preguntas podría haber justificado aquella sonrisa y sin embargo al parecer ninguna de ellas era acertada.
El sujeto subió al camión, saludo amablemente al chofer y rápidamente se ubico al centro del pasillo y comenzó a hablar en una voz fuerte para que todos lo escucharan, pero no eran gritos los que salían de su boca sino una voz entonada, de inmediato todos prestaron atención a lo que iba a decir pero cuando comenzó con la frase “buenas tardes damas, buenas tardes caballeros” la atención de todos se desvió hacia otro lado, los que se habían quitado los audífonos para escucharlo se los volvieron a poner, lo que levantaron la mirada de su lectura para observarlo volvieron a ella y en el pensamiento de todos cruzo la misma idea “es un tipo que se subió para pedir dinero, seguramente va a cantar, va a vender algún dulce o nos va a contar una tragedia sobre su familia y a pedir la compasión de todos” nadie atinó lo que sucedería a continuación.
Sin molestarse por la actitud de todos los pasajeros y claro sin borrar su inusual sonrisa, continuo con su misión, resulta ser que este tipo no tenía ningún producto que vender, tampoco tenía una tragedia para compartir con el público y pedir su caridad, lo único que tenía y así lo hizo saber a todos era un cuento, un cuento que solía contarle su papá “en estos días ya nadie cuenta cuentos, y yo no quiero que se pierda esta tradición, ¿quién va a contar las historias en el futuro si no le enseñamos a contar cuentos a nuestros hijos?” la atención de todos comenzó a centrarse en el sujeto sonriente de nuevo y es que aún no comenzaba con su historia y ya había arrojado algunas frases para reflexionar durante todo el día, bajaron los audífonos y subieron las miradas una vez más, el maestro de ceremonias al ver que de nuevo contaba con la atención de los presentes comenzó a contarnos su historia que decía mas o menos así:
“había una vez un padre de familia, de esos que son mas comunes cada día en la ciudad, que trabajaba durante todo el día para que a su mujer y a su hijo no les hiciera falta nada, pero llegaba a su casa tan cansado de sus labores que lo único que quería hacer era sentarse a ver la televisión y descansar. Su hijo todos los días se acercaba a él y le exigía que jugaran, que platicaran que convivieran, el niño siempre recibía una negativa y era apartado a un lado para que dejara descansar a su papá. Un día enfadado del acoso constante de su hijo el flamante padre de familia ideo una estrategia para que el infante lo dejara en paz de una vez por todas, su hijo tenía 5 años y sus conocimientos eran escasos en todo sentido, así que tomo una hoja del periódico en la que aparecía una imagen del planeta tierra visto desde el espacio, la recorto en muchos pedazos y se dirigió con su hijo, puso las piezas del rompecabezas sobre el suelo y le dijo, “mira hijo, vamos a hacer esto, si tu armas correctamente este rompecabezas en 3 intentos yo jugare todos los días contigo, pero si no lo puedes hacer, no me molestaras más y me dejarás descansar ¿estas de acuerdo?” el niño que vio este gesto como un gran avance emocionado acepto la oferta y de inmediato se puso a trabajar en descifrar el acertijo.
El papá, convencido de que este sería el fin de su acoso, volvió a su cómodo sillón ubicado frente al televisor y se sentó a descansar, no se imaginan que cara puso nuestro protagonista cuando después de 15 minutos apareció su hijo portando orgullosamente el rompecabezas perfectamente armado y diciendo “¿ahora si podemos jugar papá?” desconcertado revisó el rompecabezas efectivamente estaba correcto cada pieza en su lugar, ante esto no pudo hacer otra cosa mas que preguntarle a su hijo “¿Cómo lo hiciste?” la respuesta fue la siguiente “yo no conocía el mundo papá, no sabía como debían ir las piezas, pero al reverso de la imagen del mundo esta la fotografía de un hombre, arregle la imagen de ese hombre y automáticamente el mundo se arreglo”
Durante toda su interpretación el sujeto nunca quito la sonrisa de su rostro, realizó ademanes teatrales y se movió a lo largo del camión dirigiéndose a distintas personas que lo escuchaban de manera atenta, finalizó con esa frase y a continuación dijo “mi objetivo no es pedirles dinero sino robarles una sonrisa, si además de eso me quieren apoyar con alguna moneda será bien recibida” acto seguido paso con cada uno de los que viajábamos en ese camión y mientras nos saludaba de mano, nos decía frases como “se feliz”, “sonríe”, “ama a tus seres queridos”, “que siempre estén juntos” “que tengas bonito día” después de que saludo a todos, se despidió una vez mas y bajo del camión para desde abajo hacer un gesto de despedida y perderse entre la multitud de las calles de Urbania como si fuera un fantasma.
La cara de todos era de confusión pero había algo mas en los rostros de los que viajábamos en ese camión ese día, todos portábamos una sonrisa similar a la del sujeto que acababa de bajar.
Es raro en nuestras ciudades encontrarnos tipos que aprecien los detalles simples de la vida, es más raro aún que alguien nos pueda hacer abrir los ojos y darnos cuenta de que tenemos muchas razones para sonreír cada día, al final el sujeto consiguió su cometido por lo menos en ese pequeño espacio de lugar y tiempo, transmitió su mensaje y continuo su camino, lo imagino como ese niño armando un rompecabezas, sin conocer el mundo pero muy conciente de que no es necesario arreglar al planeta sino arreglar a su principal habitante para que todo este rompecabezas en el que vivimos se resuelva, contando una pequeña historia de camión en camión esperando que algún día se transmita como virus entre todos los usuarios del sistema. Nos vemos en la calle.



Agente 07
Propagando la enfermedad



martes, 4 de septiembre de 2012

final


El dictador final


Advertencia a los lectores que toman este contenido por primera vez o que por alguna razón dejaron de leer la entrega anterior, los acontecimientos que se narran a continuación son la continuación y conclusión del escrito anterior de Urbania. No es requisito que lo lean ya que se intenta plasmar una continuación que se pueda tomar como texto independiente, sin embargo si quieren tener el contexto completo de lo que viene a continuación basta con que hagan click en la siguiente dirección http://urbania07.blogspot.mx/2012/08/ley.html y la magia de la tecnología los enviará al inicio de esta historia, advertid@s están.
La ciudad de Urbania se ha convertido en una tierra sin ley, el presidente municipal “electo” por un grupo de personas que opinaban que el único remedio para enderezar el torcido camino de esta masa de calles y edificios era un estricto dictador, cuelga ya desde hace meses desde el balcón que se supone sería su punto estratégico para dirigir a la ciudad, que mejor consejo y mensaje que el que da ahora su putrefacto cuerpo y el de todos los demás que han intentado relevarlo para hacerle saber a todos los aspirantes al poder que no será tan sencillo llegar.
La sociedad como la conociamos se ha dividido en pequeñas celulas de personas que han tomado las escuelas y las iglesias como refugios y se han organizado como grupos primitivos en cazadores, recolectores y protectores; todas estas personas viven cada día con la esperanza de que el Gobierno del país entre en la ciudad y ponga un orden a todo el caos que se ha adueñado de las calles, los escasos recursos tecnológicos a los que tienen acceso les han permitido darle a medios seguimiento a la situación, saben que se han convertido en el centro de las miradas no solo del país sino de todo el mundo por tratarse de un caso sin precedentes, por lo menos en esta parte del mundo y en este espacio de tiempo que nos tocó vivir.
La demás parte de la población ha caído presa de los más bajos instintos de la humanidad, para dar un ejemplo y hacer un pequeño paréntesis pueden ver este comportamiento en cualquier video (http://www.youtube.com/watch?v=1x243_6YEq0) que presente a dos personas peleando, pueden ser jóvenes, mujeres, adultos, ancianos, no hay diferencia, pero les pido que no centren su atención en los dos combatientes, sino en toda la gente que los rodea es un comportamiento que se da en cualquier parte del mundo cuando una pelea salvaje se realiza entre dos “personas” por llamarlas de alguna manera, la reacción natural de todo el que se encuentre cerca es formar una rueda humana a manera de ring o escenario para los peleadores, si esa muchedumbre se percata de que los ánimos se están tranquilizando entre los dos en conflicto se encargan de encenderlos con frases insultos y hasta empujones, la gente se pone eufórica, le entra una sed de sangre a todos los presentes y quieren ver violencia a como de lugar, es solo hasta que llegue algún “imbecil” con la suficiente conciencia moral como para separarlos que todos los demás salen de su trance y reaccionan, pero hay casos en los que ese anónimo salvador nunca llega y las peleas terminan hasta que uno de los dos es seriamente lesionado o en ocasiones, muere. Seguramente alguna vez en su vida les ha tocado ver este espectáculo o incluso ser parte de ese público eufórico gritando por sangre y no me dejarán mentir cuando les digo que es un comportamiento instintivo de la sociedad actual, cierro ahora el paréntesis para exponer la problemática principal de Urbania en estos momentos, imaginene que toda la población de la ciudad, con excepción de los que habitan en las escuelas e iglesias, ha caído en ese estado de euforia sin límites y tienen sed de sangre, no literalmente como los vampiros pero es ahora una sociedad ávida de violencia ¿cómo dispersar a este grupo tan grande de personas? ¿Quién se animaría a ser este salvador que introduzca la conciencia de nuevo a la mente de la ciudad?
Aproximadamente a 560 kilómetros de Urbania en la residencia oficial del Presidente del país, la presión no puede ser peor, las reuniones con el comité de seguridad han sido incesantes desde que esta situación estalló en una de las ciudades más importantes y emblemáticas del país, las llamadas por parte de otros gobiernos y de instituciones internacionales no se han hecho esperar, llamando al Presidente a actuar y poner un fin a esta situación, lo que ellos no saben es que las ideas comienzan a terminársele al gabinete de seguridad y las opciones a las que se les esta orillando no serán nada agradables para la humanidad.
Hace 2 meses y medio cuando la insurrección aún parecía un simple golpe de estado y las bajas en la ciudad habían sido mínimas el Presidente aconsejado por sus secretarios de estado decidieron mandar a un pequeño grupo de diplomáticos acompañados por personal militar para su seguridad a negociar con los ciudadanos, la idea en general era que las personas al ver a los soldados como autoridad se calmarían, se asustarían y no tendrían mas remedio que sentarse a negociar, sin embargo el pequeño convoy compuesto por 3 camionetas blindadas no alcanzó ni siquiera a establecer comunicación con ningún ciudadano, muy tarde se dieron cuenta de que no había una cabeza con la cual negociar sino que la sociedad se había convertido en una hidra de mil cabezas y ninguna de ellas tenía el control absoluto sobre las otras, apenas bajaron de sus transportes y mediante un megáfono expusieron sus intenciones, fueron atacados por hordas de ciudadanos molestos que gritaban consignas en contra del gobierno, los militares dieron cuenta de varios de ellos pero les superaban en número por cientos, poco pudieron hacer, antes de ser colgado el negociador pudo establecer una llamada directa al teléfono celular de Presidente y decir unas últimas palabras “esta ciudad es libre, no más reyes aquí” en realidad estaba leyendo una pinta que se encontraba en el muro principal del palacio municipal, fueron sus últimas palabras antes de pasar a ser un adorno más de aquel infame edificio, el presidente colgó su teléfono y con una cara de terror y de tristeza se sentó pesadamente sobre su silla.
El segundo intento de intervención fue una toma por la fuerza por parte de las fuerzas armadas a la ciudad, decisión que provocó una encarnizada guerra de 2 días en la que ambas partes sufrieron muchas bajas, los ciudadanos armados con el arsenal de la policía local y el apoyo de las bandas del crimen organizado dieron una fiera pelea incluso derribando helicópteros que sobrevolaban la ciudad, las críticas a esta acción no se hicieron esperar y las manifestaciones a favor de la paz surgieron a lo largo de todo el país, con el miedo de que la situación ocurrida en Urbania se extendiera a lo largo de todas las ciudades del país el Presidente decidió retirar al ejercito de ese lugar y meditar un poco más su siguiente plan de ataque. Esta última operación no fue del todo inútil, los soldados consiguieron rescatar a un grupo de 30 personas que habitaban una escuela cercana a la periferia de Urbania, entrevistados posteriormente todos los sobrevivientes coincidían en una cosa, la conciencia se había retirado de la cabeza de los habitantes de Urbania, eran como animales enfurecidos todo el tiempo, algunos incluso plantearon la posibilidad de que se tratara de una enfermedad, de un virus como se ha visto en infinidad de películas, pero esto era la vida real, no había virus era instinto puro, un retroceso en la evolución las acciones tenían que venir pronto y no serían decisiones fáciles de tomar.
Con la ayuda del grupo de cazadores que fue rescatado, se marcaron varios puntos en los cuales se encontraban otras personas que esperaban ser rescatadas, un enorme mapa de la ciudad adornaba la gran pared central de la oficina presidencial, varios puntos rojos señalaban los lugares en donde se concentraban los grupos armados y los escazos puntos azules representaban los lugares que los cazadores tenían identificados como refugios, sin duda había muchos más por toda la ciudad pero no se tenía el tiempo para descubrirlos.
El plan que se estableció al final fue difícil de aceptar por muchos, pero al final se decidió que sería la mejor opción, el precio tanto económico como humano sería alto y dejaría una cicatriz en la historia del país. Debido a la agresividad y la falta de comunicación de los ciudadanos la estrategia sería la siguiente, las calles de Urbania serían rociadas con un nuevo gas experimental que en sus pruebas ha provocado distintas reacciones en sus víctimas, algunas, perdieron el conocimiento, otras cayeron en un estado de desorientación total pero la gran mayoría murio, mientras las avionetas ligeras se encargan de propagar el gas y crear una distracción, helicópteros de rescate serían enviados a los puntos estratégicos marcados en azul para salvar a la mayor cantidad de civiles posible, con suerte la operación sería todo un éxito y una vez despejado el gas se tendría un margen de tiempo considerable para tomar el control de la ciudad y de los ciudadanos.
La operación debía ser fugaz, la distracción de las avionetas no atraería la atención de todos los ciudadanos por lo que los helicópteros iban preparados para inminentes ataques, el tiempo establecido en la bitácora de el movimiento militar era de 2 horas en total, pocos de los que estarían involucrados pudieron dormir la noche anterior, miles de escenarios pasaron por sus cabezas y que decir del Presidente, que permanecio toda la noche parado al lado de su ventana pidiendo a la diosa fortuna que todo saliera bien y se le pusiera fin a esta terrible situación.
Pero regularmente cuando las cosas dependen de la suerte, la suerte se encuentra de vacaciones y eso sucedió aquel día en que el día de la operación llego, con la esperanza en la mente y en el corazón despegaron los vehiculos rumba a la ciudad de Urbania, las avionetas comenzaron con su labor, los helicópteros igual y los ciudadanos como era de esperarse comenzaron el ataque, se analizaría después la falla de este plan y se castigaría al responsable de proponer el uso de un gas experimental para una operación de este tipo, la desesperación de los dirigentes gano esta partida y ocasionó una tragedia terrible, una de las muchas cualidades desconocidas de este dichoso gas es que era inflamable, una vez esparcido por toda la ciudad bastaron las chispas ocasionadas por las multiples armas de fuego que se disparaban en la zona para ocasionar una reacción en cadena que provoco una nube de fuego que desato el infierno en las calles de la ciudad, todo quedo en cenizas, los rescatistas, los rescatados y los subordinados, varios edificios se colapsaron, el problema había terminado junto con todo lo demás en un tiempo mucho menor al que las autoridades se habían planteado.
Al final la situación tuvo que ser solucionada tal y como lo habían planteado los dirigentes desde el principio, la ciudad estaba tan mal que se necesitaba un dictador que borrara todo y comenzara las cosas desde cero, lo que nadie se imaginaba es que ese dictador no era humano, tenía nombre, se llamaba fuego.
La visión apocalíptica del fin de la ciudad termina con una reflexión de la dirección que esta tomando la sociedad, si te pones a pensar muchas cosas de las que se mencionan aquí son extremos planteados para crear ficción, extremos a los que nunca llegaríamos en realidad ¿o no? Nos vemos en la calle.



Agente 07
Experimentando con gases nuevos