lunes, 30 de abril de 2012


¿Recuerdas?




En Urbania al igual que en muchas partes de esta canica azul que llamamos tierra se festeja o conmemora el día dedicado a los niños, algunos dicen que es a la niñez como tal con todo lo que representa, otros dicen que es a los derechos que les fueron reconocidos a los niños; lo cierto es que es un día para que los que ya no somos tan niños podamos recordar aquellos días en los que nuestra mayor preocupación era la tarea de matemáticas y ganar en el partido de fútbol.
Caminando como de costumbre por las calles de Urbania veo pasar a la cotidiana fauna con su paso acelerado, esclavos del reloj y de un trabajo que muy probablemente no es lo que les gusta hacer pero es lo que les da de comer.
Escuche en días pasados un spot en la radio que me hizo reflexionar y decía algo parecido a lo siguiente: “si de niños soñábamos con ser bomberos, astronautas o doctores ¿porqué acabamos de narcotraficantes, rateros y secuestradores?” algo dramático pero en el fondo la idea me pareció muy acertada.
Miren a esa mujer que camina de prisa, impecablemente arreglada usando una falda entallada, tacones altos y un elegante saco sastre, se puede ver en su rostro el peso de todas las deudas que tiene a causa de querer estar siempre a la moda, sus tarjetas de crédito pesan más que 30 ladrillos y su trabajo no es que digamos el mejor pagado de la ciudad, pero ella hace mucho tiempo fue conocida como Clarita la de las rodillas raspadas y deben saber que tenía ese apodo debido a que siempre lucía costras en sus extremidades consecuencia de su gusto por trepar a los árboles, era la dueña de una improvisada casa de árbol a la que solo entraba aquel que podía llegar a ella, en el interior de este privado club se sostenían reuniones que pocas veces han sido vistas en la faz de la tierra, a ellas acudían exploradores, panteras, changos y toda clase de animales obviamente representados por otros niños que tenían la misma habilidad y gusto por trepar que Clarita ella siempre soñó con ser una exploradora, de esas que se internan en una jungla oscura llena de peligros indescriptibles para no salir en varios días y solo después de haber descubierto alguna ciudad perdida llena de oro o alguna nueva especie de animal fantástico, descubrimientos por los cuales sería famosa y reconocida en todo el mundo; al verla pasar puedo ver que sus rodillas ya no recuerdan lo que es tener cicatrices y la única jungla en la que se interno en su vida fue en esta jungla de asfalto que igual esta llena de peligros pero no como los que ella imaginaba, su rostro que antes irradiaba ahora luce apagado y ahogado por la rutina.
Y es que ser niño es un regalo que se nos da solo una vez en la vida, es la etapa en la que podemos alucinar sin la necesidad de ninguna sustancia, y en la que podemos ser todo y creemos que es posible cualquier cosa; vuelvo la mirada a la realidad de la calle en la que me encuentro y puedo ver a Ricardo me da tristeza verlo con una guitarra tratando de sacar algunas monedas de la caridad de las personas que suben los vidrios de sus automóviles para ni siquiera molestarse en decirle “no tengo cambio” Ricardo que en otros tiempos fue mi amigo también era conocido como un gran historiador y escritor, le gustaba contar sus aventuras y escribirlas a manera de historietas que a su vez eran dibujadas por Manolo uno de esos niños que prácticamente nacen sabiendo dibujar, juntos eran dueños de una pequeña editorial clandestina que circulaba sus publicaciones por el aula siempre a escondidas de que la maestra no las fuera a encontrar, curiosamente nunca soñaron ni con ser escritores ni editores ni nada por el estilo, Ricardo tenía la certeza de que sería él quién le demostraría al mundo que los Dragones aún existían, afirmaba y hasta había publicado en una de sus historietas, conocer la ubicación de una cueva en la que vivía un dragón que exhalaba fuego, él ya lo conocía y Manolo también, de no ser así ¿cómo había hecho para dibujarlo tan detalladamente? La cueva al igual que todas las locaciones escogidas por los editores del comic, estaba muy cerca de la escuela pero nadie estaba tan loco como para ir a verificar la veracidad de estos relatos, por el contrario esperábamos ansiosos a que llegara el día en que Ricardo se decidiera a demostrar la existencia del dragón y así podríamos decir, “nosotros ya lo sabíamos”; Ahora Ricardo convive con un dragón que arroja fuego de su boca cada vez que la luz del semáforo se pone en color rojo a Manolo no lo he vuelto a ver pero espero que sus sueños no estén tan fracturados como los de mi amigo con la guitarra.
Mi vista ha recorrido la mayor parte de la calle y he visto a cientos de personas que sin dudas han cambiado sus sueños de la infancia por lo que la vida les ha entregado, algunos se acercaron a ellos otros no pudieron estar más alejados pero veo en un charco que se encuentra a mis pies el reflejo de un rostro cansado, es un rostro que al igual que muchos de los que caminan por ahí no ha conseguido ser lo que aquel pequeño anhelaba, de inmediato mi memoria viaja hacia una calle sola, el viento roza mi rostro y mi cabello despeinado se vence ante él, estoy corriendo el gran premio de mi país a bordo de uno de los vehículos más rápidos que el hombre ha creado jamás, impulsado por tecnología alienígena y capaz de volar si la situación lo requiere para evitar alguno de los miles de obstáculos que la pista puede presentar. En realidad viajo en un rudimentario vehículo que consiste de 4 llantas, un volante y una tabla de madera que regularmente no puede alcanzar grandes velocidades, pero eso cambia si amarras este vehículo a una bicicleta impulsada por toda la potencia de tu mejor amigo y ayudada por la gravedad que genera la calle empinada que es ahora una internacional pista de carreras, recuerdo que los accidentes estaban a la orden del día y la manera de bajar de aquel vehículo era rodando por los suelos o bajando un zapato para crear fricción con el suelo, cosa que generaba el descontento de mi mamá  que no se podía explicar el porque los zapatos me duraban tan poco, al igual que Clarita mis rodillas estaban constantemente raspadas pero la variedad de las actividades que generaba junto con mis amigos era mas bien enfocadas al ámbito del caos, gozábamos por ejemplo de sentirnos guerreros que combatían a los monstruos en la víspera del día de muertos, teníamos una fortaleza impenetrable que en realidad era el balcón de la casa de uno de mis amigos, en donde atraídos por los dulces se aglutinaban los monstruos en la parte de abajo, era entonces cuando los héroes dejaba caer sobre esa horda de horribles creaturas, cubetas con agua fría que derretían los rostros de todos los espectros y los enviaban lejos de nuestra posición, los globos llenos de agua eran otra variante del efectivo armamento utilizado por los héroes, pero eso era tarea de un día en especial, lo que añorábamos ser en realidad era agentes secretos, para lo cual teníamos nuestros radios de corto alcance y estábamos armados con pirotecnia china que no era capaz de dañar a nadie pero si era capaz de asustar a cualquiera, así en una de nuestras peligrosas misiones fuimos los encargados de desalojar un autobús en el cual se nos había reportado que había una bomba, para lograr esto el niño que alguna vez fui corrió a un costado del vehículo con una bomba de humo en la mano y justo antes de que la mecha llegara al final la introdujo por una de las ventanas el resultado fue definitivo, el camión comenzó a llenarse de humo rápidamente y toda la gente incluyendo al conductor se bajaron corriendo, ellos no lo sabían pero habíamos salvado sus vidas.
Todos tenemos recuerdos de nuestra infancia, muy pocos son los afortunados que logran tener éxito en la difícil tarea de conquistar sus sueño por la simple razón de que son imposibles o porque la vida nos pone algún obstáculo que nos lo impide, lo cierto es que en esa etapa tenemos un regalo magnifico que se pierde y no se puede recuperar jamás y me refiero a la inocencia, esa inocencia que nos convierte en astronautas, exploradores o cazadores de dragones, esa inocencia que no conoce el significado de la palabra imposible, como siempre llega a mi un momento de reflexión y llego a la conclusión de que la infancia es el momento de nuestras vidas en el que tenemos pleno conocimiento de nuestro potencial y confiamos 100% en nosotros mismos, somos capaces de todo y no cargamos con todo lo negativo que nos sucede en nuestras vidas, ¿Qué pasaría si todos siguiéramos con esa mentalidad? Imagínense tener el potencial que tienen los niños aplicado a nuestras actividades, tener esa actitud de sabernos invencibles y capaces de realizar cualquier cosa, creo que esta sería una ciudad muy diferente si de vez en cuando recordáramos a aquellos niños que alguna vez fuimos y tratáramos de enderezar un poco nuestro camino en función de los sueños que teníamos en aquellos tiempos.
Ya sea que se festeje el día de la inocencia o el día de los derechos de los infantes hay que festejar todos que tuvimos ese regalo en algún momento de nuestras vidas, hay que festejar los recuerdos y hay que festejar a los enanos soñadores que tengamos cerca, es un buen día para acercarnos a ese niño, real o interior y pedirle que nos oriente un poco para retomar nuestro camino y nos recuerde lo que es realmente importante en esta vida. Nos vemos en la calle.


Agente 07
Agentes secreto y cazador de monstruos

lunes, 23 de abril de 2012


Los Chicos del Barrio


El pasado fin de semana mientras desarrollaba mis comunes actividades propias de esos días, que aunque no lo crean no se reducen a rascarme las bolas y ver la televisión, me tope con una especie de fauna que habita en Urbania así como en muchos otros lugares del mundo y de la cual sorprendentemente se me había pasado hablar. ¿Cómo fue posible esto? Fue la pregunta que me surgió en la cabeza cuando me puse a pensar en todo lo que estos animales representan en nuestra inmaculada sociedad y es que como dicen las malas lenguas no puede existir un bueno sin un malo y esta especie común sobre todo en las esquinas muchas veces representa a los dos bandos y me refiero sin darle mas vueltas a los conocidos como Cholos por lo menos en esta parte del globo porque como ya se los mencioné habitan en todas las ciudades del mundo y cumplen su función sistemáticamente de manera similar como si la llevaran programada en el ADN desde el momento mismo de su concepción.
Para empezar hay que decir que estos seres casi irreales son un resultado invariablemente de la vida que se lleva en los barrios olvidados de las grandes ciudades, tienen un profundo sentimiento de inferioridad derivado a las pocas oportunidades que reciben muchas veces por causa de su aspecto otras por sus malas condiciones económicas pero no vamos a hablar de eso porque no nos gusta generalizar, hay grandes cholos en la historia que se han convertido en millonarios de la noche a la mañana gracias a sus extraordinarios talentos artísticos (desgraciadamente muy pocas veces aprovechados) o a sus talentos deportivos (primordialmente para el box)
Como en todas las especies conocidas y por conocer hay un estereotipo conocido para la que nos ocupa hoy, imagínense a un tipo de 1.70 de estatura regularmente de cuerpo atlético que gusta de tener rapada la cabeza, usar ropa holgada casi siempre camisas cuadradas de vestir o jerseys de algún equipo de futbol americano, los tatuajes son un común denominador, no puede faltar su apellido en el estómago o en la parte alta de su espalda siempre con letras góticas, de igual manera un clásico ver en sus brazos alguna imagen religiosa de la virgen o de Jesucristo y claro la mas clásica mujer con los senos de fuera o el rostro de algún compañero que murió.
Curiosamente y en contra de lo que podría pensar la mayoría son muy apegados a sus familias y leales a sus “hermanos de barrio” con los que comparten de todo en su lugar ya identificado en alguna banqueta de la cual se sienten dueños y no permiten que nadie pase por ahí sin ser molestado.
En cuanto al lenguaje usan palabras como Vato, Morra, Ese y frases como Que barrio tira o no se meta con mi clika, hay algo que me ha llenado de buen humor al estudiar a estos individuos que me imagino que si un psicólogo realizara un estudio sobre su personalidad los resultados serían dignos de una comedia; todo lo que hacen o dicen va en función de la inferioridad que tienen, no respetan la ley y piensan que su palabra es la única que vale, no saben l que es discutir pero conocen muy bien como solucionar sus problemas, siempre a golpes. Inexplicablemente cuando se emocionan o quieren demostrar que tienen la razón o que son superiores sueltan un grito de emoción con un tono bastante femenino que dice mas o menos así: “chaaaaaaaaaawwwwww” una verdadera joya de la evolución.
Ah pero les comentaba cuando estaba yo en mis actividades del fin de semana y tuve este encuentro del 3er tipo con los Cholos fue en un partido de fútbol de la liga infantil, no recuerdo bien el nombre de la categoría porque ya saben ustedes como se la mastican para nombrar las ligas pero no eran mayores de 15 años los niños que se encontraban en el campo, la tribuna estaba relativamente vacía se encontraban algunos padres de familia y uno que otro colado como yo, fue entonces cuando sucedió, de la nada aparecieron unos chiquillos aproximadamente de 7 años hablando como piratas de 50 vestidos con playeras que les llegaban hasta las rodillas y rapados de manera que parecía hijos del príncipe del rap, con ellos venían 3 mujeres con paliacates en las cabezas pantalones anchos y tops que dejaban ver sus abultados estómagos y sus hombros tatuados, el maquillaje en su cara era algo indescriptible parecía mas bien como sangre coagulada que pintura finalmente como si la manada viajara en orden de importancia aparecieron los señores del barrio, pantalón de pana, camisa a cuadros, lentes oscuros tatuajes en todas las partes visibles de piel y lenguaje que explicaba el porque los niños sabían tanto folclor a su tan corta edad.
Termino el desfile y comenzó el partido, cada jugada del equipo contrario era acompañada por gritos ofensivos y totalmente ilógicos, por ejemplo si le pegaban a un jugador y caía al piso el grito era “!párate no seas joto¡” por cierto las mujeres hablaban como princesitas de cuento de hadas ya se imaginaran, pero si el golpe era para uno de sus jugadores el grito era “vas a ver a la salida pinche puerco” para desgracia del equipo contrario, la oncena apoyada por los chicos del barrio era de un muy bajo nivel futbolístico por lo que a 5 minutos de terminar el marcador era de 5 a 0 en contra del barrio, los gritos eran “quiebren a todos” “hay que madrearlos a la salida” “no saben jugar” y linduras como esas, como se imaginaran esta violencia exhalada desde la tribuna fue llegando poco a poco a la cancha y los jugadores se olvidaron del balón para comenzar a complacer a su porra.
El partido terminó en tragedia se armo una batalla campal entre la ya ardida porra, los jugadores de ambos equipos y los padres de familia que se encontraban ahí, su seguro servidor además de nunca ser partidario de la violencia es menos partidario de llevarse un madrazo por motivos ajenos así que puso piernas de por medio para verlo todo desde lejos, pero ahí fue cuando recordé que el partido era disputados por niños menores de 15 años y que era un partido regular de liga entre 2 equipos que probablemente no tenían ni la menor posibilidad de calificar a las finales, ¿se imaginan que sería de un partido entre equipos de veinteañeros disputándose una final? Creo que tendríamos que acudir a la porra con armadura y chaleco antibalas.
Me fui con esa reflexión en mi cabeza y decidí pasar por una conocida esquina de Urbania en donde se junta una manada de estos tipos, estaban como de costumbre con sus envases de cerveza sentados en la esquina y platicando no se que aventura fantástica probablemente emanada de la hierba fumada con anterioridad, iba predispuesto a lo peor después de la experiencia en el partido de fútbol pero para mi sorpresa ellos siguieron en lo suyo y ni siquiera me hicieron caso, después me entere que incluso esta manada era una activa participante en las actividades sociales e impulsora del avance de su barrio entonces vino otra pregunta a mi cabeza ¿en que consiste tanta diferencia? El aspecto de todos era igual pero el comportamiento era totalmente distinto.
Después de una exhaustiva investigación que me llevo casi media hora de mi vida y 15 minutos de viaje astral acompañado del olor a hierba quemada y el sabor de tragos de cerveza, sentado ahí entre la manada como invitado en su tradicional esquina y escuchando sus aventuras me di cuenta de que todo lo que pensaba era guiado por el estereotipo, me deje llevar por lo que la mayoría hace y olvide que no se puede generalizar y esto acompañado de todo lo anterior me dejo una conclusión que no me gusto para nada.
Seguimos siendo una sociedad intolerante, la máxima regla entre nuestras manadas sigue siendo “como te ven te tratan” pero el ver bien o mal a alguien esta basado en un estereotipo de hombre o mujer que nos han pintado en los medios de comunicación a lo largo de los años y todo lo que sea diferente a eso en cuanto a usos costumbres o imagen se convierte automáticamente en algo malo y que no merece la oportunidad de ser probado ni aprobado por el común denominador de la sociedad, es famosa la frase que reza “la violencia genera mas violencia” y si esta es cierta ¿Qué creen que sea lo que genere la discriminación y el rechazo?  ¿Quién dijo que todos deberíamos ser o vestir de alguna manera para ser considerados buenos? Los códigos de conducta de nuestro mundo están basados en la moral de personajes de telenovela y en el mundo real estos códigos no deberían regir, ¿Qué pasaría si un científico con la cabeza rapada y hombros tatuados descubre la cura para el SIDA? No me sorprendería que en vez de celebrarlo los noticieros se enfoquen a criticar su aspecto y todos como borregos haríamos lo mismo.
Con esa reflexión me quede y con esa los dejo vatos, me voy caminando meneándome rítmicamente y disfrutando del barrio y sus paredes llenas de arte urbano. Los wacho en la calle.

VARGAS
TIRANDO BARRIO

lunes, 16 de abril de 2012


Vacaciones del terror 2


Ya realizamos un análisis de algunas de las muchas aventuras por las que deben pasar los “afortunados” que pudieron salir de vacaciones a algún destino turístico y que seguramente en estos momentos se encontraran en sus oficinas con un cara de “vayan todos al demonio” pero disfrutando el estar cómodamente postrados en su rinconcito de oficina cotidiano, pero ¿qué pasa con los que no salen? Esos que se quedan en la ciudad y que son ahora la envidia de los que si pudieron salir (si no saben porque lean la anterior entrega) nos quedamos por escuchar la historia del que decidió no salir por la razón que ustedes gusten y manden, tal vez no tenía dinero, tal vez no alcanzó a reservar con tiempo, quizá ya había salido en años anteriores y al igual que su compañero recién desempacado de la playa juró solemnemente no volver a salir durante esas fechas o simple y sencillamente en un acto de total cordura decidió que este periodo vacacional sería la oportunidad perfecta para quedarse en casa, arreglar algunos pendientes y solamente descansar de la rutina diaria.
Pero ya mencione que entre todos esos seres y entes que se toman un descanso en estos días pasados también se encuentra la diosa fortuna, y para este individuo al cual estamos espiando en esta ocasión no podía ser diferente. El primer día de sus anheladas y merecidas vacaciones comenzó con el pie derecho, se levanto tarde, desayuno tranquilamente al lado de su esposa quién por cierto no se encontraba con el estrés común de corretear a los críos para que no lleguen tarde al colegio, recordó que había olvidado algo en la oficina y tuvo que ir hecho que le permitió descubrir lo calmadas que se encontraban las arterias de la ciudad, su diabólico trayecto que regularmente se convertía en un vía crucis de 40 minutos luchando por llegar a tiempo, se transformó en un placido paseo por las calles de 15 minutos fue tan placentero que después de su rápida visita a la oficina (en la que aprovecho para burlarse de los desgraciados que tuvieron que acudir a trabajar) se dedico a manejar por las calles de Urbania, cosa que jamás imagino que podría disfrutar de esa manera.
Levantarse con el pie derecho siempre es buena señal todo parece estar en orden y el sol brilla de nuestro lado, pero nunca debemos olvidar que para poder levantarnos bien hace falta que baje el pie izquierdo también y en ocasiones, si no esta la diosa fortuna con nosotros (o se encuentra de vacaciones) esto puede traer consigo una serie de eventos catastróficos de dimensiones apocalípticas que van directamente a la yugular de nuestros planes mas esperados.
Todo comienza cuando nuestro paseante animal vuelve a su casa, con 2 películas que ha rentado para pasarse toda la tarde tiradote en el sofá rascándose el ombligo y algunas partes más que necesitan ser rascadas, aún con una sonrisa enorme iluminando su iluso rostro que ha perdido suelo y se siente invencible, es en el momento preciso en que abre la puerta cuando ve a su adorada mujer hablando por teléfono y escucha las fatídicas palabras “si estaremos encantados de recibirlos acá los esperamos” caí pierde el equilibrio la sonrisa se borra de su rostro pero conserva la calma, puede ser una visita expresa, puede ser en otras fechas, no sabe el contexto la ansiedad lo mata y en el instante en que su esposa cuelga el teléfono no puede esperar más y con una cara de preocupación pregunta ¿con quién hablabas mi amor?
La respuesta será la causa de que su perfecta mañana sea lo único que pueda recordar posteriormente como verdaderas vacaciones. “hablaba con mi hermana, ella y sus 5 hijos vienen de vacaciones a la ciudad y en vez de que se queden en un hotel se quedaran en la casa con nosotros ¿no te parece fabuloso?” ¿Escuchan ese sonido? Fue muy similar a un cristal estrellándose después de recibir una pedrada por parte de algún vándalo, pero no es ningún cristal y no ha sido un vándalo el culpable, es el destino rompiendo en mil pedazos las bolas de nuestro amigo que ha cambiado su radiante sonrisa por un puchero de bebe sabe que sus planes van rumbo al carajo pero no tiene ni idea de lo que les espera. Para comenzar su adorable esposa comienza con los preparativos para recibir a tan importantes visitas y se le ocurre de repente que a la casa completa le hace falta una buena pintada y aprovechando que su esposo quién todo lo puede esta de vacaciones, compra pintura y todo lo necesario y despierta a nuestro campeón a las 7 de la mañana para que comience temprano a pintar, solo faltan 3 días para que lleguen las visitas y la casa debe estar impecable, acostumbrado al trabajo de oficina se imaginarán a nuestro espécimen intentando pintar los muros de su vivienda con su esposa peor que un capataz presionándolo para que acabe rápido, desgraciadamente para nuestro amigo sus planes de ver el fútbol con sus amigos se acabaron para esos días pero contra todos los pronósticos y con el cuerpo totalmente dolido terminó el trabajo a tiempo. Los preparativos por supuesto no terminaron ahí, había que acondicionar la casa para que en lugar de que durmieran 3 pudieran dormir 8, hay que comprar colchonetas, hay que comprar cobijas, hay que comprar comida, hay que poner un baño para hombre y uno para mujeres, la cuenta subía y subía (ya con lo gastado se podrían haber ido a la playa, si no fuese un infierno salir en esos días).
Al fin llego el día en que su esperada visita llegaría, de nuevo con prisas porque hay que ir al aeropuerto a recogerlos, en su automóvil sedan viajan nuestro protagonista, su esposa y su hijo todos correctamente vestidos, peinados y perfumados para recibir a sus finos visitantes, llegan muy a tiempo al aeropuerto para descubrir que el vuelo se ha retrasado 2 horas, a esperar, en la cabeza de nuestro amigo cada minuto que pasa es dinero que le cobraran por el uso del carísimo estacionamiento, finalmente llego el vuelo, comienzan a salir las personas y a ser recibidas por sus familiares pero la cuñada y sus 5 retoños no aparecen por ningún lado una hora adicional y no aparecen ni contestan el teléfono, la esposa ya histérica, el niño desesperado y latoso y nuestro amigo volteando a ver el reloj y la cartera finalmente aparece la cuñada por la puerta de las llegadas internacionales, con una cara de preocupación y lagrimas en sus ojos, de inmediato se pone a contarles su tragedia resulta que a uno de sus “angelitos” se le hizo fácil intentar robarse una maleta así que se encontraba detenido por la policía federal y se lo querían llevar a prisión, les permitieron ir tras bambalinas para intentar arreglar la situación, al llegar al pequeño cuarto donde se encontraban los 5 hijos de su cuñada (3, 5, 7, 9 y 13 años) parecía que había entrado a un barrio bajo de cualquier ciudad, todos rapados con ropas flojas, el pequeño delincuente detenido tenía aretes en las dos orejas y una cara de maldito que gritaba a los 4 vientos “yo fui, soy culpable” nuestro amigo se imaginaba sus muros recién pintados con letreros de graffiti para el segundo día de la estancia de estos individuos, pero lo primero que debían intentar era liberar a esta amenaza social (que incoherente le sonaba eso, si de él dependiera haría el esfuerzo por que se los llevaran a todos detenidos) después de una platica con el comandante encargado y de darle una “ayudadita” los dejaron salir a todos.
5 horas habían pasado desde su llegada al aeropuerto la cuenta del estacionamiento era estratosférica (relativamente hablando) pero había un nuevo problema que enfrentar, cada chango de estos venía con una maleta enorme en la cual podría guardar a un cadáver y nuestro amigo no dudaba que trajeran alguno guardado, por lo que el acomodarlas en su automóvil era poco mas que imposible, “hay que pagar un taxi para que se lleve a los que no caben” una cantidad mas que se va a la basura, por fin llegaron a la casa y después de que cada pequeño delincuente se acomodara en su lugar designado una vez más su amada esposa abrió su hermoso pico y dijo “los vamos a invitar a cenar a nuestro lugar favorito” y lanzó a su esposo una de esas miradas que dicen sin hablar “no digas nada o lo lamentaras”
La cena fue entre maldiciones, peleas y falta de modales exhibidos por sus sobrinos adornado todo por intentos inútiles de su despreocupada madre por calmarlos, por fin llego la hora de dormir y muerto de cansancio el “señor de la casa” se dirigía a su cama cuando una vez más la melodiosa voz de su princesa le corto la inspiración “en ese cuarto va a dormir mi hermana con su hijo menor, tu y yo nos vamos a la sala” una vez más el sonido del cristal rompiéndose en pedazos pero el cansancio era tal que llego a la sala se echo en el sofá y cerro los ojos, por fin dormir, descansar tal vez soñar que no tenía visitas y que sus vacaciones eran similares a aquella primera mañana perfecta que tanto disfruto, de repente música estridente interrumpió su intento por descansar, gritos golpes en las paredes era una casa de locos.
Todos los días de la estancia de sus visitantes fueron dedicados a llevarlos a donde quisieran, se convirtió en un maldito chofer de la manada de pequeños delincuentes que incluso gozaban con golpearle la cabeza por detrás y cantarle canciones ofensivas, todo esto mientras su esposa y su cuñada paseaban por los centros comerciales y se relajaban en algún spa de la ciudad.
La casa era un desastre, las paredes recién pintadas parecían tener más de 50 años de antigüedad, tenían abolladuras, rayones y mucha suciedad por todas partes, el televiso no funcionaba, la taza del baño estaba quebrada y su hijo de apenas 5 años había aprendido a maldecir como pirata. Sus visitas llevaban ahí lo que a él le parecía una eternidad, ahora no le parecía tan malo estar en una playa abarrotada nadando entre la suciedad y los fluidos de todas las personas que se encontraran con él en el agua pero era demasiado tarde, la cuenta de lo que había gastado ya en entretener a estos demonios sumado a lo que su esposa había gastado en consentir a su hermana y a las preparaciones previas a la visita (sin contar la “ayudadita” al comandante) les habría alcanzado para disfrutar de unas vacaciones en algún exclusivo y paradisiaco centro turístico (habría, hubiera una vez mas díganme que no existe)
Inconscientemente entro en un estado de viaje astral dejando a su cuerpo sufrir las consecuencias e inclemencias de la visita y enviando a su mente lejos, volvió a sonreír solo cuando después de 5 días, 10 letreros en su pared, 5 peleas con niños del vecindario que desencadenaron en conflictos vecinales, 2 perros sospechosamente muertos y un montón de dinero tirado a la basura, vio como el avión que llevaba a sus pesadillas despegaba mientras él imaginaba al piloto dando una señal de emergencia y anunciando una explosión inminente, visión desencadenada después de las palabras de despedida que le dijo su cuñada “gracias por todo la pasamos muy bien, hay que repetirlo el próximo año”
Amanece un nuevo día y hay que volver a la oficina, la sonrisa ha vuelto a su rostro al entrar incluso después de su “vía crucis” de 40 minutos llega a la tranquilidad de su oficina a escuchar las historias de todos los que salieron o se quedaron en sus casas durante este periodo vacacional, la conclusión final es que deberían dar periodos aleatorios de vacaciones y no darle los mismos días a todo el país o por lo menos prohibirle a la suerte que se vaya quien sabe a donde durante esos felices días.
¿Cómo te fue a ti? Nos vemos en la calle.

Agente 07
Ahora si i´m back

lunes, 9 de abril de 2012


¿Vacaciones?



En Urbania al igual que en muchas partes del mundo los alegres habitantes de la ciudad (incluyendo a este que les escribe) entraron en un estado de pasividad y valemadrismo absoluto comúnmente conocido como vacaciones.
Las vacaciones están estratégicamente diseñadas por los que manejan la economía para “descansar” la mente y el cuerpo de sus trabajadores y lograr que al regresar de este periodo vengan con energías recargadas y listos para dar el 110% en todo lo que les corresponda hacer. Pero como siempre hay algunos detalles que podemos analizar sobre este periodo de gracia que a algunos nos otorgan y que otros solo conocen por los cuentos que escuchaban de sus abuelitos cuando eran niños.
Como siempre el éxito o fracaso de este periodo depende siempre de la maldita suerte pero como la suerte también toma sus vacaciones al igual que todos ya se imaginarán la de tragedias que ocurren en estos días, hay dos caminos que podemos elegir para nuestro destino en estos gloriosos periodos que con toda caridad y sabiduría nos otorgan nuestros empleadores (o les otorgamos a nuestros empleados) invariablemente son dos opciones, la primera es salirte de tu casa ¿A dónde? A donde sea, playa, montaña, ciudad, rancho y sus millones de etcétera; la segunda es quedarte en casa y disfrutar de la tranquilidad del hogar y de la familia, pero siempre hay un truco (there´s always a catch)
Es curiosos ver como en vacaciones a todo mundo se le termina la creatividad y por lo tanto nos cerramos el mundo a estas dos opciones, si hablamos de la primera vamos a suponer que a un alegre animalito se le ha ocurrido hacer su reservación para llevarse a toda su familia a la playa, en su imaginación puede ver a sus hijos jugando entre las olas, mientras él acompañado de una escultural joven de cabello rubio (dije que era su imaginación, no la realidad) descansaban en una tienda estilo árabe en la arena y disfrutaban de bebidas exóticas de esas que llevan sombrillas y nombres raros regularmente relacionados con el sexo (en la playa, en la arena, orgasmos) hacia ambos lados de su tienda puede ver enormes extensiones de playa solitaria no hay quién los interrumpa todo el océano es para ellos y lo único que rompe el silencio es el sonido de las olas estrellándose en la arena. De repente un grito gutural y desgarrador irrumpe en su idilio y lo regresa de un solo golpe a la realidad, es su esposa que no es joven ni rubia y dista mucho de ser escultural aunque si podría ser una escultura de esas deidades aztecas que de repente se encuentran por ahí, quién con su adorable voz le reclama el no haber subido las maletas a la camioneta, no pasa nada cambia un poco su compañía en la tienda árabe pero igual se puede disfrutar; todos listos emprenden el camino y resulta que la carretera es una fila interminable de vehículos con sus maletas en la parte de arriba y con sujetos que tienen la misma cara de decepción que debe tener él, esa que regularmente ponemos cuando nos damos cuenta que nuestros planes van directamente hacia el carajo, el trayecto que regularmente sería de 3 horas se convierte en una pasadilla de 8 horas tras el volante y a vuelta de rueda, eso sin mencionar que cada vez que se paraban al baño debían hacer largas filas, los retenes de las policías y el ejercito para salvaguardar la seguridad de todo el animalero y los inevitables accidentes que le ocurren al vehículo que va justo delante del tuyo y que provocan que disminuya la ya de por si lenta velocidad.
Aún así nuestro amigo es un hombre de fe y en su cabeza solo tiene su playa sola y su tienda árabe en donde descansara durante todos los días que le quedan (porque este día ya se perdió en la carretera) es lo que lo motiva a seguir manejando, ya falta poco para llegar y después de eso solo habrá descanso, un sueño más se vuelve basura cuando llegan a su supuestamente lujoso hotel y se encuentran con unas instalaciones viejas y de mal gusto y un estacionamiento completamente lleno, baja a su esposa y a sus creaturas del señor en la entrada y va a buscar un estacionamiento lo encuentra a 3 cuadras del maldito hotel y no hay nadie que le ayude a cargar las maletas que son bastantes, ya saben las mujeres llevan ropa por si llueve, por si nieva o por si hay un terremoto, después de dar 4 vueltas con las bolas completamente estrelladas llega a la recepción del hotel, una lagrima sale involuntariamente de su ojo izquierdo al ver una interminable fila de personas todas igual de enfadadas que él esperando a ser atendidos por los 2 recepcionistas que se encuentran disponibles, los cuales por cierto parecen ser las personas mas estúpidas sobre el planeta, 2 horas más de estar formado para poder ser atendido y descubrir que hubo un error en su reservación y le van a dar un cuarto que no tiene los espacios que requiere su familia, cansado y hasta la madre de pelear no discute más, toma el cuarto que se encuentra en el séptimo piso de la torre del hotel, como se imaginaran el personal esta muy ocupado por lo que él mismo debe subir sus maletas, ha si olvide mencionar que los elevadores están fuera de servicio, son ya las 9 de la noche el día se ha perdido por completo y lo único que quiere es cenar y dormir no es mucho pedir ¿o si? El restaurante del hotel es tipo bufete y esta abarrotado, no hay ni una sola mesa disponible una vez mas deben esperar, una vez mas una lagrima de frustración rueda por su mejilla, el día ha sido una completa pesadilla así que se dirige a su recamara para descansar pero que creen, es noche de carnaval en el hotel y en el área de la alberca han organizado una fiesta a la que su esposa quiere ir “hay gordo venimos a divertirnos, para dormir nos hubiéramos quedado en la casa” le falta poco para darle un buen golpe pero se calma y va con ella y con los niños a la noche de carnaval que es un hervidero de lombrices moviéndose al ritmo que imponen las potentes bocinas que no permiten escuchar nada mas, después de 15 minutos de abrirse paso entre la gente que se encuentra en el lugar logra llegar a la barra y pide 2 bebidas como las que aparecían en su sueño, parece que por fin algo de ese lejano sueño se volverá realidad, las bebidas tienen el nombre sexual, tienen la pequeña sombrilla adornándolas, tienen esos colores locos y tropicales, pero al dar el primer trago no puede hacer mas que escupirlo, fueron elaboradas con el alcohol más barato que se puede conseguir y saben a lo que su nombre indica, comienza en su cabeza un pequeño dolor que seguirá ahí todos los días de su permanencia en “el paraíso” (irónicamente así se llama el hotel) puede conciliar el sueño hasta las 3 de la mañana que es la hora  en que apagan las estridentes bocinas que hacen a las ondas sonoras subir hasta el séptimo piso y patearle las bolas a nuestro amigo, oficialmente ha sido el peor día de su vida y todavía le faltan 4 mas en el maldito hotel.
Al día siguiente su esposa lo levanta a las 8 de la mañana para ir a desayunar dormido y sin hambre baja al restaurante, con todo y el horario tempranero deben esperar 10 minutos por una mesa y hacer fila en el bufete para comer unos insípidos huevos acompañados de frijoles de lata y un jugo que sabe a meados, después de eso van hacia la alberca y descubren que todos los camastros están apartados y muchos ya ocupados, la playa tiene como en su sueño enormes extensiones hacia ambos lados pero no se puede ver la arena, todo lo que se ve es gente, miles de personas, se imagina haciendo fila para poder entrar al mar, no hay tiendas árabes y para poder sentarse en una mesa con 4 sillas y una sombrilla mas vieja que su esposa le cobran 400$ (no que todo incluido) desde el momento en que se sientan hasta el momento que se levantan cada 2 minutos llega una persona a quererles vender algo, tatuajes temporales, trencitas para las mujeres, pulseras, esculturas, binoculares, bronceador, barras de pescado, camarones, dulces, pan, pulseras, encendedores, plumas bordadas, sombreros, vestidos, trajes de baño, todo se vende y cada 2 horas se repite la oferta desde el comienzo y otra vez la pasarela cada 2 minutos, si tiene sed debe ir al bar de la alberca que esta retirado de su posición y hacer su correspondiente fila, o comprar una cerveza por 50$ en el restaurante en el que esta sentado, para comer es lo mismo y por la noche les espera la fabulosa Noche Temática que promete bebidas horribles y música hasta las 3 de la mañana.
Cuando por fin llega el día de regresar a casa, la misma odisea les espera hay que hacer fila 2 horas para el check out, hay que ir a buscar la camioneta y llevar las maletas y una vez más la carretera es un ciempiés (o cienllantas) que avanza lentamente por las curvas y bajo el sol intenso, después de las 8 horas de viaje llega a su casa, besa el suelo y promete solemnemente no volver jamás a salir de vacaciones en esas fechas. Lo curioso es que al día siguiente cuando va a su oficina a trabajar, esta muy feliz de volver y disfruta de ese silencio que de repente se aparece en todas las oficinas, sonríe se ve relajado y un compañero se acerca a él y le pregunta ¿saliste de vacaciones? Y el dice “si, fui a la playa” su compañero sonríe y le dice “que envidia” el no sabe si lo dice con ironía o con sinceridad hasta que le pregunta “y tu ¿Qué hiciste?” entonces comienza una trágica historia más, la versión del otro grupo, los que en vacaciones no tienen la “fortuna” de ir a la playa…




Agente 07
Saliendo de la hibernación