lunes, 9 de abril de 2012


¿Vacaciones?



En Urbania al igual que en muchas partes del mundo los alegres habitantes de la ciudad (incluyendo a este que les escribe) entraron en un estado de pasividad y valemadrismo absoluto comúnmente conocido como vacaciones.
Las vacaciones están estratégicamente diseñadas por los que manejan la economía para “descansar” la mente y el cuerpo de sus trabajadores y lograr que al regresar de este periodo vengan con energías recargadas y listos para dar el 110% en todo lo que les corresponda hacer. Pero como siempre hay algunos detalles que podemos analizar sobre este periodo de gracia que a algunos nos otorgan y que otros solo conocen por los cuentos que escuchaban de sus abuelitos cuando eran niños.
Como siempre el éxito o fracaso de este periodo depende siempre de la maldita suerte pero como la suerte también toma sus vacaciones al igual que todos ya se imaginarán la de tragedias que ocurren en estos días, hay dos caminos que podemos elegir para nuestro destino en estos gloriosos periodos que con toda caridad y sabiduría nos otorgan nuestros empleadores (o les otorgamos a nuestros empleados) invariablemente son dos opciones, la primera es salirte de tu casa ¿A dónde? A donde sea, playa, montaña, ciudad, rancho y sus millones de etcétera; la segunda es quedarte en casa y disfrutar de la tranquilidad del hogar y de la familia, pero siempre hay un truco (there´s always a catch)
Es curiosos ver como en vacaciones a todo mundo se le termina la creatividad y por lo tanto nos cerramos el mundo a estas dos opciones, si hablamos de la primera vamos a suponer que a un alegre animalito se le ha ocurrido hacer su reservación para llevarse a toda su familia a la playa, en su imaginación puede ver a sus hijos jugando entre las olas, mientras él acompañado de una escultural joven de cabello rubio (dije que era su imaginación, no la realidad) descansaban en una tienda estilo árabe en la arena y disfrutaban de bebidas exóticas de esas que llevan sombrillas y nombres raros regularmente relacionados con el sexo (en la playa, en la arena, orgasmos) hacia ambos lados de su tienda puede ver enormes extensiones de playa solitaria no hay quién los interrumpa todo el océano es para ellos y lo único que rompe el silencio es el sonido de las olas estrellándose en la arena. De repente un grito gutural y desgarrador irrumpe en su idilio y lo regresa de un solo golpe a la realidad, es su esposa que no es joven ni rubia y dista mucho de ser escultural aunque si podría ser una escultura de esas deidades aztecas que de repente se encuentran por ahí, quién con su adorable voz le reclama el no haber subido las maletas a la camioneta, no pasa nada cambia un poco su compañía en la tienda árabe pero igual se puede disfrutar; todos listos emprenden el camino y resulta que la carretera es una fila interminable de vehículos con sus maletas en la parte de arriba y con sujetos que tienen la misma cara de decepción que debe tener él, esa que regularmente ponemos cuando nos damos cuenta que nuestros planes van directamente hacia el carajo, el trayecto que regularmente sería de 3 horas se convierte en una pasadilla de 8 horas tras el volante y a vuelta de rueda, eso sin mencionar que cada vez que se paraban al baño debían hacer largas filas, los retenes de las policías y el ejercito para salvaguardar la seguridad de todo el animalero y los inevitables accidentes que le ocurren al vehículo que va justo delante del tuyo y que provocan que disminuya la ya de por si lenta velocidad.
Aún así nuestro amigo es un hombre de fe y en su cabeza solo tiene su playa sola y su tienda árabe en donde descansara durante todos los días que le quedan (porque este día ya se perdió en la carretera) es lo que lo motiva a seguir manejando, ya falta poco para llegar y después de eso solo habrá descanso, un sueño más se vuelve basura cuando llegan a su supuestamente lujoso hotel y se encuentran con unas instalaciones viejas y de mal gusto y un estacionamiento completamente lleno, baja a su esposa y a sus creaturas del señor en la entrada y va a buscar un estacionamiento lo encuentra a 3 cuadras del maldito hotel y no hay nadie que le ayude a cargar las maletas que son bastantes, ya saben las mujeres llevan ropa por si llueve, por si nieva o por si hay un terremoto, después de dar 4 vueltas con las bolas completamente estrelladas llega a la recepción del hotel, una lagrima sale involuntariamente de su ojo izquierdo al ver una interminable fila de personas todas igual de enfadadas que él esperando a ser atendidos por los 2 recepcionistas que se encuentran disponibles, los cuales por cierto parecen ser las personas mas estúpidas sobre el planeta, 2 horas más de estar formado para poder ser atendido y descubrir que hubo un error en su reservación y le van a dar un cuarto que no tiene los espacios que requiere su familia, cansado y hasta la madre de pelear no discute más, toma el cuarto que se encuentra en el séptimo piso de la torre del hotel, como se imaginaran el personal esta muy ocupado por lo que él mismo debe subir sus maletas, ha si olvide mencionar que los elevadores están fuera de servicio, son ya las 9 de la noche el día se ha perdido por completo y lo único que quiere es cenar y dormir no es mucho pedir ¿o si? El restaurante del hotel es tipo bufete y esta abarrotado, no hay ni una sola mesa disponible una vez mas deben esperar, una vez mas una lagrima de frustración rueda por su mejilla, el día ha sido una completa pesadilla así que se dirige a su recamara para descansar pero que creen, es noche de carnaval en el hotel y en el área de la alberca han organizado una fiesta a la que su esposa quiere ir “hay gordo venimos a divertirnos, para dormir nos hubiéramos quedado en la casa” le falta poco para darle un buen golpe pero se calma y va con ella y con los niños a la noche de carnaval que es un hervidero de lombrices moviéndose al ritmo que imponen las potentes bocinas que no permiten escuchar nada mas, después de 15 minutos de abrirse paso entre la gente que se encuentra en el lugar logra llegar a la barra y pide 2 bebidas como las que aparecían en su sueño, parece que por fin algo de ese lejano sueño se volverá realidad, las bebidas tienen el nombre sexual, tienen la pequeña sombrilla adornándolas, tienen esos colores locos y tropicales, pero al dar el primer trago no puede hacer mas que escupirlo, fueron elaboradas con el alcohol más barato que se puede conseguir y saben a lo que su nombre indica, comienza en su cabeza un pequeño dolor que seguirá ahí todos los días de su permanencia en “el paraíso” (irónicamente así se llama el hotel) puede conciliar el sueño hasta las 3 de la mañana que es la hora  en que apagan las estridentes bocinas que hacen a las ondas sonoras subir hasta el séptimo piso y patearle las bolas a nuestro amigo, oficialmente ha sido el peor día de su vida y todavía le faltan 4 mas en el maldito hotel.
Al día siguiente su esposa lo levanta a las 8 de la mañana para ir a desayunar dormido y sin hambre baja al restaurante, con todo y el horario tempranero deben esperar 10 minutos por una mesa y hacer fila en el bufete para comer unos insípidos huevos acompañados de frijoles de lata y un jugo que sabe a meados, después de eso van hacia la alberca y descubren que todos los camastros están apartados y muchos ya ocupados, la playa tiene como en su sueño enormes extensiones hacia ambos lados pero no se puede ver la arena, todo lo que se ve es gente, miles de personas, se imagina haciendo fila para poder entrar al mar, no hay tiendas árabes y para poder sentarse en una mesa con 4 sillas y una sombrilla mas vieja que su esposa le cobran 400$ (no que todo incluido) desde el momento en que se sientan hasta el momento que se levantan cada 2 minutos llega una persona a quererles vender algo, tatuajes temporales, trencitas para las mujeres, pulseras, esculturas, binoculares, bronceador, barras de pescado, camarones, dulces, pan, pulseras, encendedores, plumas bordadas, sombreros, vestidos, trajes de baño, todo se vende y cada 2 horas se repite la oferta desde el comienzo y otra vez la pasarela cada 2 minutos, si tiene sed debe ir al bar de la alberca que esta retirado de su posición y hacer su correspondiente fila, o comprar una cerveza por 50$ en el restaurante en el que esta sentado, para comer es lo mismo y por la noche les espera la fabulosa Noche Temática que promete bebidas horribles y música hasta las 3 de la mañana.
Cuando por fin llega el día de regresar a casa, la misma odisea les espera hay que hacer fila 2 horas para el check out, hay que ir a buscar la camioneta y llevar las maletas y una vez más la carretera es un ciempiés (o cienllantas) que avanza lentamente por las curvas y bajo el sol intenso, después de las 8 horas de viaje llega a su casa, besa el suelo y promete solemnemente no volver jamás a salir de vacaciones en esas fechas. Lo curioso es que al día siguiente cuando va a su oficina a trabajar, esta muy feliz de volver y disfruta de ese silencio que de repente se aparece en todas las oficinas, sonríe se ve relajado y un compañero se acerca a él y le pregunta ¿saliste de vacaciones? Y el dice “si, fui a la playa” su compañero sonríe y le dice “que envidia” el no sabe si lo dice con ironía o con sinceridad hasta que le pregunta “y tu ¿Qué hiciste?” entonces comienza una trágica historia más, la versión del otro grupo, los que en vacaciones no tienen la “fortuna” de ir a la playa…




Agente 07
Saliendo de la hibernación 

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