Como han pasado los años
Hay un fenómeno en Urbania que al
igual que en todas las ciudades y me atrevería a decir que en todo el mundo
afecta directamente todos los factores de comportamiento de la bola de animales
que habitamos las ciudades, por primera vez en ya varias entregas no hablare de
un tipo de espécimen en específico (curioso como suenan estas palabras juntas)
ya que esto es parejo para todos.
Irónicamente el fenómeno al que
me refiero es algo inevitable, no hay quien pueda quedar exento de sufrir sus
efectos y sin embargo a pesar de ser inevitable y no tener remedio es una de
las grandes preocupaciones que a lo largo de la historia han ayudado a forjar
imperios, crear leyendas y destruir hasta a las mas fuertes voluntades en el
género humano, este fatídico factor al que me refiero, por entupido que les
parezca es el simple y cotidiano paso del tiempo.
Con el conocimiento que
adquirimos mientras nos desarrollamos aprendemos a temerle al tiempo, desde que
las civilizaciones eran la novedad sobre la faz de la tierra, los efectos del
paso del tiempo sobre los humanos eran temidos por todos, los viejos pronto
eran relevados de sus cargos y aislados a tareas sin importancia, esto en el
mejor de los casos porque en el peor terminaban devorados por algún depredador
del que no podían escapar o morían de hambre por no poder cazar ni recolectar
su comida.
En nuestros días el terror a este
factor viene impulsado por uno de los imperios más poderosos que se hayan
forjado en nuestro planeta, este imperio ha conquistado los 5 continentes y
logrado victorias que el mismísimo Alejandro Magno envidiaría, me refiero a la
industria de la “belleza”.
El ser humano no nace con el
temor al paso del tiempo (ni que fuera el pecado original) de hecho hay una
etapa de nuestras cortas vidas en la que somos felices no nos pasa jamás por la
cabeza el asustarnos por el hecho de que las manecillas del reloj jamás se
detienen, la mayoría de nosotros rápidamente lo olvidamos, somos bombardeados
durante toda nuestra vida por imágenes de mujeres u hombres jóvenes y de
cuerpos atléticos a los cuales no los presentan como la imagen del éxito,
mientras que a los viejos siempre los vemos en situaciones decadentes,
regularmente para provocar que corran por nuestro rostro las lagrimas de cocodrilo
y aflojemos el dinero para alguna obra de caridad. Mientras somos niños el
bombardeo planta la semilla del terror, pero es cuando llega la adolescencia
que en verdad comienza a nacer esa flor negra, es cuando comenzamos a admirar a
esas figuras de éxito, tenemos esos sueños de grandeza y lo más importante es
que nos queda bastante claro que la gente de edad avanzada ya solo esta robando
el aire que respiramos, son cuerpos que ya piden tierra y a los que seguramente
los gusanos ya les están haciendo manifestaciones por su reticencia a volver a
la tierra de la cual según el buen libro fueron creados.
Pero ese es solo el inicio de
todo esto, estamos hablando de la etapa que comprende los 15 años y hasta los
20, ya tenemos esa mentalidad pero estamos ocupados con la escuela, los amigos,
los amores y otro millón de cosas que nos mantienen aún al margen del pánico
total, si lo piensas bien es la etapa en la que vivimos libres, aprendemos y
definimos lo que será el resto de nuestras vidas, para cuando cumples los 20
tienes la idea de que ya has vivido una eternidad y que nadie te puede enseñar
nada, estas en la cima del mundo y aún no sabes porque la gente que camina o
maneja por las calles parece llevar tanta prisa.
Después de los 20 años la vida
entra en una carrera frenética, el tiempo parece pisar el acelerador a fondo y
se te vienen los años volando, 21 terminas la universidad, 22 no encuentras
trabajo, 23 consigues tu primer empleo, 24 te aumentan el sueldo, 25 te compras
tu primer auto, 26 conoces al amor de tu vida, 27 se casa tu hermano mayor, 28
comienzas con planes de familia, 29 te casas y todo esto ha pasado en un abrir
y cerrar de ojos, han sido 10 años, a los 20 pensabas que habías estado en este
mundo por eones, ahora a un paso de cambiar el segundo decimal por el tercero
te preguntas ¿qué demonios ha pasado? De repente te encuentras frente al espejo
y te das cuenta de que mucho de aquel pelo que tenías se ha ido, la panza ha
crecido considerablemente, tu humor ya no es el mismo que antes y cuando sonríes
tu rostro muestra novedades en cuanto a las líneas que se dibujan en él.
Ahora si el terror completa su
circulo, comienzan todas esas preocupaciones, tomas conciencia de la muerte,
sabes que según el pronostico de vida de un país tercermundista ya llevas casi
la mitad de tu vida.
Aquí es donde entran en función
todos esos bombardeos que a lo largo de los años te han arrojado los medios de
comunicación, los pacientes vendedores se frotan las manos y no tienen que
hacer más que esperar a que decidas que será lo que te ayude a “frenar los
efectos del tiempo”
La opción número uno si hablamos
del género femenino son las cremas, hay un millón de opciones y cada una ofrece
algo distinto aunque en el fondo todas ofrecen lo mismo, la eterna juventud;
crema de alas de murciélago para las líneas de expresión, cremas de cola de
gato mezcladas con hígado de perro para las ojeras, no pueden faltar las
opciones que prometen quitar las manchas de la piel, los lunares, lo moreno, lo
feo y lo gordo, hay cremas para lo que gusten y manden y obviamente hay una que
se adapta a cada bolsillo, aunque mi humilde opinión es que todas contienen lo
mismo, el bombardeo publicitario es tan fuerte que al utilizarlas sientes sus
efectos al instante.
Ahora si hablamos del género masculino
tenemos una infinidad de aparatos de ejercicios que prometen ponerte tan mamado
como el tipo del comercial (que lleva toda su vida haciendo ejercicio) en 2
meses con tan solo 5 minutos al día, la verdad analicen esta promesa y díganme
si no es la más increíble que hayan escuchado, carece totalmente de lógica pero
siempre viene acompañada de un convincente, resultados comprobados o la
devolución de tu dinero, claro como ellos saben perfectamente que eres un
huevon que solo lo utilizara 10 veces en lo que dura la euforia de la novedad,
tienen todo el fundamento para decirte, disculpe señor pero usted no siguió el
plan de trabajo por eso no le sirvió, nunca le dirán la verdad que debería
sonar mas o menos así: disculpe señor pero nosotros no tenemos la culpa de que
usted crea todas las patrañas que decimos; otro producto exitoso entre los
hombres son los tientes para el cabello, a ver esos machos orgullosos que no
usan ni por error el color rosa en su atuendo y no lavan ni un solo plato
porque eso es trabajo de viejas, los vemos en el baño con su brochita pintándose
el cabello porque ya les salieron canas, imagen patética pero sucede y más de
lo que se pueden imaginar. Ya después vienen la infinidad de productos para
todo tipo de necesidades, que si no se te para, que si no se te baja, que si se
te arruga o que si se te esconde, todo con la promesa de que seas joven y
vigoroso una vez más, pero claro si tienes 70 años y te quieres ver de 20 pues
animo con eso.
Lo cierto es que si nos ponemos a
pensar un poco este terror universal es también una idiotez universal, pasamos
tanto tiempo preocupándonos por lo inevitable que se nos va la vida en cosas
intrascendentes, no disfrutamos a los hijos, a los nietos, a los hermanos a los
abuelos, queremos siempre ser los hombres y mujeres perfectos y jóvenes sin
darnos cuenta de que en realidad lo somos a nuestra manera, hoy propongo una
lucha, una revolución contra ese imperio que nos planta el miedo en la cabeza,
hoy les propongo vivir y dejar de preocuparse por el tiempo que los va a
alcanzar y los va a rebasar tarde o temprano, los invito a pensar en que por
más cremas que se pongan, por más aparatos que compren sepan que los esqueletos
no tienen ni piel ni músculo en los huesos. Nos vemos en la calle.
Agente 07
A un día de los
terribles 30
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