viernes, 8 de junio de 2012

mea culpa


No tiene la culpa el indio


Que fácil es culpar a los demás de nuestros propios errores, de eso no cabe la menor de las dudas y más aún en una ciudad como Urbania en donde lo primero que nos enseñan en casa, en la escuela y en la calle es que la fuente de todos nuestros problemas no somos nosotros sino los que nos gobiernan.
La cultura del famoso “papá Gobierno” es la que reina en esta ciudad y es un escape perfecto para ocultar nuestras responsabilidades y estupideces, junto con la “mala suerte” el gobierno es la excusa perfecta para explicar situaciones increíbles que de pensarse un poco más nos sonarían como totalmente ilógicas.
Investigando un poco de fondo esta tradición arraigada hemos identificado que hay un sin número de problemas que se le achacan al Gobierno y que de ser resueltos aclararían en gran medida el panorama de la sociedad y elevarían el nivel de vida de todos los habitantes de Urbania.
Antes de presentar un resumen de algunos problemas identificados quiero hacer la aclaración de que no estoy diciendo que el Gobierno sea la perfección  o que no tenga parte de la culpa, es indudable que la corrupción y el descuido que se ha tenido por parte de las personas que se encuentran en el poder en muchos temas que efectivamente afectan directamente a los ciudadanos sin deberla ni temerla es enorme, pero es precisamente por la falta de capacidad e interés que sabemos que tienen estas personas la razón por la cual es un error del tamaño del mundo pretender que sean ellos quién nos resuelvan la vida.
La investigación corrió en varios ámbitos que como podrán leer a continuación son medulares en cuanto al desarrollo social y económico se refiere.
Y comenzando en el seno mismo de la sociedad abordamos el problema de la sobrepoblación, la justificación que se da a este problema es que el Gobierno no ha implementado una educación sexual efectiva ni ha tenido un programa de control de natalidad adecuado (llámese repartir condones, regalar pastillas, promover las cirugías o el aborto) lo cierto es que este es un tema delicado ya que por cuestiones de religión, tradición o convicción no se puede intervenir directamente en la decisión de las personas sobre la cantidad de hijos que se debería tener, “los hijos que Dios te mande” así dicen las madres a sus hijas cuando se casan, pero no les dicen que Dios también les dio un sentido común y les dio inteligencia para saber que si traen a 7 hijos será muy difícil mantenerlos y sacarlos adelante, mas aún si la mamá trabaja como mesera en un bar de mala muerte y el papá se dedica a la fabricación de ladrillos, no tienen casa ni terreno propio y viven en un predio donde se establecieron como paracaidistas y construyeron su “casa” con desperdicios de otras construcciones y después claro cuando los niños tienen hambre o frío es el maldito y malvado Gobierno el que no les da de comer ni les da una cobija para taparse el frío. Y el problema no solo se enfoca en la clase social baja ¿Qué me dicen de la niña rica que de repente sale embarazada a sus 13 años? Los padres se quejan amargamente de que en la escuela no le hablaron de sexo ni le dijeron como cuidarse y ahora por su culpa la vida de su niña se ha arruinado, pero no reconocen que ellos jamás le prestaron atención a la educación que recibía su hija, el papá se la pasa trabajando todo el día y en la noche ya no quiere saber nada, la mamá se la pasa con sus amigas y en el shoping y nunca platica con su hija quién incluso un tema tan delicado como su primera menstruación la tuvo que platicar con la empleada domestica, malditos maestros y escuela tan cara ¿de que sirve pagar tanto dinero si no educan bien a nuestra hija? La culpa no es de ellos, ni siquiera sabían que su hija se interesaba por los chicos, después se interesan, después investigan, después ya no sirve de nada.
La violencia es otro tema que tiene a la ciudad de rodillas, en las noticias podemos ver a sicarios y asesinos cada vez más jóvenes que sin la menor de las preocupaciones aprietan el gatillo para volarle la cabeza a sus semejantes pero ¿de donde salieron esos asesinos? No se abrió una grieta en la tierra y brincaron directamente del infierno ¿o si? Salieron de nuestra sociedad, fueron niños, tal vez maltratados, tal vez ignorados a los que siempre se les inculco la violencia como respuesta a todo, hijos de padres que nunca se interesaron por ellos y solo les compraban cosas y les daban dinero para sustituir a los regaños y la atención, evadir la responsabilidad, hijos de padres que se dieron cuenta que vendían droga e incluso que tenían un arma escondida en su recamara y nunca le dijeron nada porque “era un buen muchacho que ayudaba con los gastos de la casa” pero eso si, cuando su angelito cae preso “injustamente” o es encontrado muerto con un orificio en su cráneo ahí si es hora de organizar marchas por la paz y exigirle al gobierno que solucione la violencia, que haga justicia por su hijo, que cosa más irónica es ver a gente que promueve la violencia marchando por la paz, es como pedir que acaben con la violencia de un tiro en la cabeza.
Otra queja recurrente que escuchamos a diario es que no hay empleos, que la economía esta muy mal y que a la ciudad se la esta cargando la chingada, pero ahí esta el montón de personas rascándose las partes mas blandas de sus cuerpos en vez de salir a buscar algo, en vez de poner un negocio u ofrecer algún servicio, total, con lo que gana su esposa le alcanza para sus cervezas no necesita más, al cabo mis papás me mantienen ¿para qué quiero trabajar? Nos quejamos de que nuestro trabajo es mal pagado pero olvidamos que dejamos los estudios y la preparación por ese maravilloso empleo que nos parecía suficiente en aquel momento, “es que el gobierno no genera empleos” frase que tiene su dosis de verdad, pero los pocos empleos que se generan son despreciados por su alta exigencia en cuanto a horarios y bajos sueldos, queremos hacer poco y ganar mucho y si no me creen visiten algún cruce de avenidas de la ciudad, verán en todos ellos sin excepción a jóvenes limpiando vidrios o simplemente estirando la mano para pedir dinero a los automovilistas y con ese trabajo sacar lo del día de hoy, mañana Dios dirá.
También el gobierno maldito nos arruina la vida con el tráfico que hay en la ciudad, “es que no han implementado un servicio de transporte público adecuado, es que deben hacer un segundo piso al periférico, es que deben hacer otro puente, otro paso a desnivel” pero la sociedad es víctima de nada tiene la culpa, pedimos que se implemente un nuevo transporte público pero no lo utilizamos, claro lo promuevo para los demás pero yo viajo en mi coche, que me dejen la calle para mi solito, cuando se propone el nuevo sistema de transporte y no es de nuestro agrado, hay que hablar, manifestarnos y no dejar que el Gobierno haga ese transporte que ni siquiera vamos a utilizar, lo mismo sucede con las obras públicas, si van a construir un paso a desnivel en la zona donde vivimos o por donde siempre pasamos, nos prendemos como el fuego y salimos a la calle con pancartas y realizamos plantones en la zona para cuidar al árbol que vive ahí y que será injustamente talado o abogamos por los comerciantes de la zona que se verán afectados, aunque en realidad eso no nos importe. Y fuera de eso pregúntate ¿Cuál es la actitud que tienes al manejar? Si va lento el tráfico pues te subes a la banqueta y le das por ahí, le pitas a todo mundo, das vueltas prohibidas, inauguras un carril por el acotamiento peatonal, te pasas la luz roja y quedas a media calle tapando a todos los demás, te metes en la fila para dar vuelta etc, millar de acciones que provocan que todo sea aún más lento, pero si te “atrapa” algún agente vial haciendo alguno de tus numeritos te indignas y platicas a tus amigos que el perro tránsito te multo y además de eso te quería sacar para el refresco.
Ahora vamos al terreno de los desastres naturales en los que vemos a personas que decidieron que era buena construir sus viviendas sobre el cause de un río, en una zona de deslaves, en una zona de inundaciones o sobre una grieta que se estaba abriendo en la tierra, en todos los casos es cuestión de paciencia, esperar a que suceda lo que todo mundo sabe que va a suceder, crece el río, se deslava la colina, se inunda la zona, se abre la tierra y su casa junto con todas sus pertenencias se pierden, lo que sigue es una marcha o un escrito a los Gobernantes no pidiéndoles sino exigiéndoles la reparación de los daños o la construcción de una vivienda nueva fuera de cualquier área de peligro.
Hay infinidad de ejemplos sobre situaciones que han pasado y que han sido verdaderas tragedias (la basura, los incendios, la falta de agua) que se podían haber evitado con el simple sentido común y al final se le atañen al gobierno, repito no dejo de reconocer que tienen su nivel de responsabilidad pero no podemos ir por la vida culpándolos de todo.
Las conclusiones finales de la investigación nos llevan a ver que en la práctica muchas cosas serían mejores si utilizáramos solo un poco nuestro cerebro para pensar dos veces antes de actuar, la verdad de las cosas es que si la sociedad no funciona y no respeta las normas, jamás se tendrá un gobierno funcional ni respetuoso, nos falta ver el otro extremo, nos falta preguntarnos que tipo de sociedad somos y si realmente un Gobierno puede cambiar esas actitudes, nos falta criticarnos mucho más y cortar ese cordón umbilical que nos lleva a justificar nuestros fracasos culpando a otros. Nos vemos en la calle.

Agente 07
En crítica constante

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